He sufrido problemas con mi esposo quien padece de eyaculación precoz, lo que me impide alcanzar el orgasmo.
Tenemos un hijo de ocho años. Nos separamos hace seis años, y nos reconciliaremos otra vez dentro nueve meses.
Durante nuestra separación, he mantenido relaciones sexuales con otro hombre en cinco ocasiones. Ahora estoy muy arrepentida, pero el pecado ya lo cometí.
Dadas estas circunstancias, ¿puedo llevar adelante la reconciliación con mi esposo y seguir compartiendo mi vida con él?
Lo que me inquieta es lo siguiente: ¿podremos conseguir la plenitud sexual o seguiremos sufriendo los mismos problemas? ¿Debo confesarle que mantuve relaciones sexuales con otro hombre? Esto, obviamente, empeoraría nuestra relación. ¿Me arrepentiré de lo que le hice a mi esposo hasta el final de mi vida con él? Por otro lado, nuestro hijo nos necesita a los dos. Espero que me aconsejen según la Shari‘ah.
Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
No hay duda que usted se ha perjudicado mucho a sí misma al cometer adulterio, que es uno de los pecados más graves.
Está bien que usted sienta remordimiento por lo que cometió. Ahora, debe convertir este remordimiento en un sincero arrepentimiento, cumpliendo con el resto de las condiciones del arrepentimiento, que son: dejar de cometer el pecado e intentar no volver a cometerlo. Usted debe ocultar su pecado y no decírselo ni a su esposo, ni a otra persona.
En cuanto a reconciliarse con su esposo, es una buena acción. Por eso, debe apresurarse a hacerlo y no retrasarlo hasta que se cumpla el periodo citado (nueve meses); especialmente porque ustedes tienen un hijo, lo cual puede ayudar a mejorar la relación.
En cuanto al problema que sufre por no alcanzar el orgasmo, esto es algo que se puede soportar en pro del bienestar del niño, además de los otros beneficios. Eso, en caso de que ese problema no pueda ser solucionado. Pero es bien sabido que es posible curar este trastorno clínico o psicológico, consultando a los médicos especializados y siguiendo otros medios lícitos.
El esposo, especialmente él que sufre eyaculación precoz, debe coquetear con su esposa antes del coito, pues no debe realizar el coito sino cuando ella esté lista. Si él alcanza el orgasmo, mientras ella aún no lo haya hecho, él no debe apresurarse a alejarse de ella.
Es digno de notar que el deleite en las relaciones sexuales no reside sólo en el coito, sino también en los juegos preliminares conocidos, como los besos y los otros actos.
Y Al-lah Sabe mejor.
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