Al-lah, el Todopoderoso, Dice en el Corán (lo que se interpreta en español): {Y Revelamos el Corán como cura para los corazones y misericordia para los creyentes…} [Corán 17:82] Y también (lo que se interpreta en español): {¡Oh, hombres! Os ha llegado el Mensaje de vuestro Señor que es un motivo de reflexión, cura de toda duda que hubiere en vuestros corazones, guía y misericordia para los creyentes.} [Corán 10:57]
Se narra bajo la autoridad de An-Nu’man ibn Bashir, que Al-lah Esté complacido con él, quien dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, decir: ‘Lo lícito es evidente, lo ilícito es evidente; entre ambos hay asuntos dudosos. Quien evita lo que sospecha que sea pecado dejará con más seguridad, lo que sea evidentemente ilícito. Y quien se arriesga en lo que se sospecha que es ilícito, lo más probable es que caiga en lo evidentemente ilícito. Los pecados son los pastos reservados de Dios; quien pastorea (sus animales) cerca de los campos reservados, lo más probable es que entre (uno de sus animales) en ellos en cualquier momento. Ciertamente, todo rey tiene un santuario, y ciertamente el Santuario de Al-lah son Sus prohibiciones. Ciertamente en el cuerpo hay un pedazo de carne que, si se encuentra sano, todo el cuerpo estará sano; y que si se encuentra enfermo, todo el cuerpo estará enfermo. Por cierto que se trata del corazón’”. [Bujari y Muslim]
Las enfermedades del corazón son una mezcla de sospechas y lujuria que pueden llevar a nuestras almas al caos y la desesperación. Sin embargo, Al-lah, el Todopoderoso, nos Ha Dado una receta especial que limpiará y sanará nuestros corazones enfermos: el Corán.
El Corán provee la cura para muchos tipos de enfermedades:
1. Contiene pruebas y claras evidencias que separan el bien del mal.
2. Responde nuestras dudas de forma adecuada y concisa.
Ningún libro en esta tierra además del Corán provee pruebas tan completas y testimonios en relación a los elevados asuntos del monoteísmo, confirmación de los atributos de Al-lah, el Día del Juicio, la profecía y refutación de las falsas doctrinas y opiniones degeneradas.
A pesar de que el Corán ofrece una cura genuina para la maldad de las sospechas y dudas, sus beneficios dependen en gran medida de la comprender su esencia y propósito. Quienes son bendecidos con esas facultades, tendrán la habilidad de distinguir entre el bien y el mal tan clara y fácilmente como pueden distinguir entre el día y la noche.
Ellos sabrán con certeza que todos los demás conocimientos y conceptos que prevalecen entre las personas son solo tradiciones o presunciones falsas; sin embargo, por muy atractivas que puedan parecer, no serán capaces de ofrecer un sustituto para la Verdad o los asuntos trascendentales que se encuentran en el Corán, no proveerán ningún beneficio.
El hadiz del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, compara la inutilidad de tales esfuerzos con: “Un camello enfermo en la cima de una montaña muy accidentada: ni la montaña es fácil de escalar ni el camello está lo suficientemente saludable como para bajar de ella”. [Bujari]
De hecho, el conocimiento obtenido por los filósofos puede ser encontrado en el Corán con una elaboración y explicación mucho mejor, pues los filósofos, como seres humanos, tienden a ser afectados por los goces mundanales o la especulación perpetua. Ellos asumen que sus actitudes ayudan a refutar las sospechas y las dudas, pero contrariamente a sus presunciones, estas sospechas y dudas son avivadas por sus esfuerzos. Si la cura y la guía, el conocimiento y la certeza no pudieran ser obtenidas del Corán y las enseñanzas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, sería imposible obtenerlas de las declaraciones de esos escépticos.
El Corán tiene la habilidad de curar de las enfermedades de las pasiones debido a su sabiduría y buena exhortación, mediante la renuncia de las aspiraciones terrenales y búsqueda de la otra vida. Se basa en parábolas y narraciones que contienen lecciones para reflexionar. Si el corazón asimila esas cualidades, ciertamente se inclinará hacia las buenas acciones y renunciará a las malas.
El Corán también elimina las enfermedades espirituales que corrompen nuestras intenciones y nos llevan hacia las malas acciones; entonces, el corazón sana y regresa a su naturaleza normal, al estado primigenio con el que fue creado. El cuerpo también regresa a su funcionamiento normal al rechazar todo lo que contradiga a la guía correcta, así como un bebé que no acepta nada excepto la leche. Así, el corazón se alimenta con la fe y el Corán que provee advertencias, consuelo, apoyo, alegría, felicidad y fortaleza para establecer su autoridad, como un cuerpo es alimentado por lo que lo ayuda a desarrollarse y fortalecerse.
Ni el corazón ni el cuerpo prosperarán si no se apegan al Corán. Incluso si alcanzaron algunos de los resultados deseados de otra fuente, el logro será muy pequeño y no se cumplirá el objetivo y resultado final deseado.