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Regocíjate, regocíjense y alegren a los demás con buenas nuevas

Regocíjate, regocíjense y alegren a los demás con buenas nuevas

El anuncio de buenas nuevas genera alegría, optimismo y ánimo para realizar buenas obras. Este es un principio básico del Islam que se encuentra en el Corán y en las enseñanzas del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Encontramos que Al-lah le ordena a Su Mensajero: {Albricia [¡oh, Muhammad!] a Mis siervos} [Corán 39: 17]. Se conoce que el Enviado de Al-lah, constantemente le decía a sus sahabas: “Abshir (regocíjense, albríciense, sepan que algo bueno les llegará) y alegren a los demás con buenas nuevas”, y les ordenaba animar a los demás y sembrar en ellos el optimismo. Esta práctica era algo usual y por eso hay muchos episodios en la sira del Profeta que lo muestran, entre los que podemos citar:

- ‘Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, reportó que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Es fuércense por cumplir con sus deberes de la mejor manera que les sea posible. ¡Anímense y alégrense! Pues nadie entrará al Paraíso por las obras que haya realizado”. La gente le preguntó: “¿Ni siquiera tú?”. Respondió: “Ni siquiera yo, a menos que Al-lah se apiade de mí” (Bujari).
- Abu Musa Al Ash’ari, que Al-lah esté complacido con él, contó que él junto con algunos de sus coterráneos visitaron al Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y este les dijo: “Alégrense y albricien a los demás que quien dé testimonio con veracidad y sinceridad de que nada ni nadie merece adoración más que Al-lah entrará al Paraíso”. Abu Musa dijo que salieron de allí a anunciarle a la gente lo que el Profeta les había dicho (Ahmad y Al Albani dijo que era Sahih).
- Abu Huraira, que Al-lah esté complacido con él, indicó que el Profeta de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “La religión es fácil de cumplir. Quien exagere en su práctica de la religión, acabará siendo vencido por ella, por eso, esfuércense por cumplir con sus deberes de la mejor manera que les sea posible. ¡Anímense y alégrense!” (Bujari). Ibn Hayar escribió en Fath Al Bari: “¡Anímense y alégrense por la recompensa de las acciones continuas así sean pocas! Y si no les es posible cumplir completamente, no por negligencia si no porque no se puede, igualmente recibirán su recompensa”.
- Abu Musa Al Ash’ari informó que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lo envió a él junto con Mu’adh al Yemen, y les dijo: “Háganle las cosas fáciles a la gente y no se las dificulten. Acérquenlos a ustedes y no los alejen, hagan acuerdos y no se peleen”. Al Qadi ‘Iiad dijo: “En este episodio se encuentra todo lo que debemos seguir como ejemplo para facilitarle las cosas a la gente, ser gentiles con ellos, hacerlos desear la seguir la fe, en especial a aquellas personas que han ingresado al Islam recientemente”.
- Cuando Abu ‘Ubaida, que Al-lah esté complacido con él, le entregó algunos bienes procedentes de Bahréin al Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, algunos de los sahabas fueron donde él para que les repartiera de esos bienes y el Profeta les dijo: “Albricien y deseen lo que les dé alegría que, por Al-lah, no me da miedo que los alcance la pobreza, a lo que le temo es que la riqueza les abra sus puertas de la misma manera que lo hizo con quienes los precedieron en la fe y que, al igual que ellos, esa riqueza los distraiga (del verdadero objetivo de la vida)” (Bujari).
- Um Al ‘Ala’ ‘Amma Huzam Bin Hakim Al Ansari, que Al-lah esté complacido con ella, relató que el Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, la visitó una vez que estaba enferma y le dijo: “Alégrate, Um Al ‘Ala’, la enfermedad es para el musulmán una purificación de los pecados de la misma forma que el fuego purifica el hierro” (Abu Dawud y Al Albani dijo que era Sahih). En Al Minhal Al ‘Adhab Al Maurud Sharh Sunan Abu Dawud encontramos: “Este hadiz es una prueba de la permisibilidad de que un hombre visite a una mujer cuando esté enferma, siempre que se apeguen al código establecido por la Shari’a al respecto. Además, que el visitante debe animar al enfermo anunciándole que su estado lo purificará de sus pecados, pues así lo alegrará”. Sa’id Bin Wahab reportó que acompañó a Salman, que Al-lah esté complacido con él, a visitar a un enfermo y que le dijo: “Te anuncio que la enfermedad es una forma en que Al-lah hace que los pecados sean expiados”.
- Cuando fue revelada la aleya en la que se anunciaba el perdón que se le había dado a los tres rezagados que, sin motivo válido por la Shari’a, se habían negado a luchar en la batalla de Tabuk, Ka’b Bin Malik, que Al-lah esté complacido con él, uno de ellos, dijo: “Escuché un grito que a viva voz decía: ‘¡Ka’b, alégrate!’, entonces me postré y supe que me había sido concedida la absolución. Cuando fui donde el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me dijo: ‘Abshir, que no ha habido un mejor día en tu vida que este’” (Muslim).
- Abu Musa Al Ash’ari, que Al-lah esté complacido con él, contó que estaba con el Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, cuando él se encontraba en Al Yi’rana, entre La Meca y Medina, Bilal también estaba con él: “Entonces un Beduino llegó y le dijo: ‘¿Me darás lo que me prometiste?’. El Profeta de Al-lah le respondió: ‘Abshir’. El hombre replicó: ‘Me has dicho muchas veces abshir, y nada’. El Enviado de Al-lah se volvió hacia mí y Bilal, parecía enojado, y nos dijo: ‘Este hombre está rechazando la buena nueva, ¡acéptenla ustedes!’. Dijimos: ‘La aceptamos’. Pidió que se le trajera un recipiente con agua y se lavó las manos y la cara. El agua que quedó nos la dio y nos pidió que bebiéramos de ella, y nos lavamos la cara y el cuello y nos dijo: ‘Regocíjense’. Hicimos entonces lo que nos dijo y Um Salama, su esposa, nos dijo: ‘Déjenle un poco a su madre’ (refiriéndose a ella, pues al ser la esposa del Profeta, era la madre de todos los creyentes), así que le pasamos un poco que había quedado” (Bujari). Ibn Hayar dijo en Fath Al Bari: “Con abshir el Mensajero de Al-lah le estaba anunciando que ya iba a recibir su parte o que recibiría una gran recompensa por haber sido paciente. En cuanto a lo que prometió, puede ser que haya sido algo particular para esa persona, pero cabe la posibilidad que haya sido algo general, ya que el Mensajero de Al-lah había ordenado reunir el botín de guerra en Al Yi’rana, mientras que él se dirigía hacia Ta’if y solo al regresar a Al Yi’rana fue que repartió dicho botín, lo que generó incomodidad en algunos de los recién convertidos al Islam, quienes pensaron que el Enviado de Al-lah se había retrasado adrede en cumplir con su promesa”. Ibn Hubaira dijo: “De este suceso podemos deducir que cuando alguien le pide a otra persona algo, esta le debe responder: abshir”. An-Nawawi comentó que en este hadiz se evidencian las virtudes de Abu Musa, Bilal y Um Salama, que Al-lah esté complacido con todos ellos, y que a ellos les gustaba las buenas nuevas.
La palabra abshir tiene un efecto positivo en las personas, pues les siembra la esperanza y las aleja del pesimismo, demás, las anima a cumplir con sus obligaciones y a realizar obras de bien, sin olvidar que los hace aceptar las cosas de la mejor manera y les abre la puerta del arrepentimiento y el perdón de los pecados.

Quien lee y reflexiona sobre la sira del Profeta de Al-lah se encuentra con un manantial de ejemplos del mejor comportamiento y de virtud, entre los que se cuenta el optimismo, la forma en que animaba a la gente, por eso les ordenaba a sus sahabas que siguieran su ejemplo al respecto.

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