¿Qué es lo que anima a un creyente a actuar en contradicción a sus inclinaciones y deseos y lo lleva a soportar las cargas de esta vida? Esto es la esperanza de alcanzar el Paraíso. Esta esperanza es la que hace que esos asuntos difíciles parezcan simples y fáciles de soportar; es esta esperanza la que da energías al creyente y reduce los efectos de todas las adversidades de la vida.
Si un estudiante perdiera la esperanza de aprobar sus exámenes, dejara de estudiar y se rebelara contra la escuela, entonces no existiría en él ninguna esperanza de aprobar, incluso con un tutor privado. La única cosa que resuelve este problema es que nuevamente tenga esperanza; la misma lógica se aplica a todo lo demás en la vida.
La desesperación y la pérdida de la esperanza es un veneno que lentamente mata el alma, es una tormenta destructiva y es una cualidad de los incrédulos; mientras que el tener esperanza es una cualidad de los creyentes. Estar alejado de la religión de Al-lah causa que una persona pierda la esperanza. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {... y no desesperéis de la Misericordia de Al-lah, pues no desesperan de la Misericordia de Al-lah sino los incrédulos.} [Corán 12:87] Tal desesperación ciertamente se manifiesta en tiempos de aflicción. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y si le Concedemos al hombre algo de Nuestra gracia y luego se la Quitamos, se desespera y se muestra desagradecido.} [Corán 11:9]
Sin embargo, Al-lah Excluye un tipo de personas de esta categorización general, Diciendo luego (lo que se interpreta en español): {Excepto aquellos que fueron pacientes y obraron el bien…} [Corán 11:11] Cuando esas personas pierden sus negocios, fallan en un examen o son afligidos de alguna manera, no se desesperan porque su esperanza está en Al-lah, el más Misericordioso.
¿Cuál es el secreto detrás de la esperanza del creyente mientras que otros se desesperan? La razón es que el creyente cree que existe un Señor Quien Responde a las súplicas del afligido y agraviado; un Señor que Quita el mal, Otorga Sus bendiciones, Perdona los pecados y Acepta el arrepentimiento; un Señor que Es más Misericordioso con Sus siervos de lo que una madre lo es con sus hijos, y Es más Bueno con Sus siervos de lo que ellos son consigo mismos; un Señor que Perdona para que quien haya pecado no desespere del arrepentimiento; un Señor que Multiplica la recompensa de una buena obra, desde 10 hasta 700 veces o incluso más, mientras que Cuenta un pecado como un solo pecado o incluso lo Perdona; un Señor que Recibe y Acepta a Sus siervos arrepentidos, como vemos en la siguiente narración: Anas, que Al-lah Esté complacido con él, reportó que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Al-lah Dice: ‘Cuando uno de Mis siervos se acerca a Mí un palmo, Yo me Acerco a él un codo; y si él se acerca a Mí un codo, Yo me Acerco a él un brazo’”. [Bujari]
Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, reportó que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Al-lah, el Exaltado, Dice: ‘Yo Soy como Mi siervo espera que Sea, y Estoy con él cuando él Me menciona. Si él Me menciona en privado, Yo lo mencionaré en privado; y si él Me menciona en público, yo lo mencionaré ante el mejor de los públicos (es decir, la asamblea de los ángeles)”. [Bujari y Muslim]
Esto es lo que hace que un creyente tenga esperanza y evita que se desespere; el secreto es su firmeza sobre la religión de su Señor y el depositar su confianza en Él. Además, un creyente pone su esperanza en Al-lah y es optimista, mientras que otros son pesimistas y no tienen esperanza en la ayuda de Al-lah.
Cuando un creyente se enferma, tiene la esperanza de que Al-lah lo Curará; como Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Pues Él es Quien me Ha creado y me Guía, Me Da de comer y de beber; cuando enfermo, Él es Quien me Cura.} [Corán 21:78-80]
Si un creyente comete un pecado, nunca se desespera del perdón de Al-lah, pues Su perdón es demasiado grande como para perder la esperanza en él; como Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Diles: ¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperéis de la Misericordia de Al-lah; por cierto que Al-lah Puede Perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 39: 53]
Este siempre es el caso del creyente, sin importar con qué tipo de aflicción esté siendo probado; sin importar si disminuye su ganancia o si una persona amada muere o si su casa se destruye o si pierde su riqueza o cualquiera que sea el caso. Un creyente siempre tiene la esperanza de que Al-lah le Dará la salida ante sus angustias y problemas, porque él tiene esperanza en la recompensa de perseverar y soportar pacientemente. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Aquellos que cuando les alcanza una desgracia dicen: Ciertamente somos de Al-lah y ante Él compareceremos.} [Corán 2:156]
El efecto de las aflicciones sobre un creyente es totalmente diferente a los efectos sobre otros. Un ejemplo que ilustra esto es la historia de Al Jansa’, que Al-lah Esté complacido con ella, quien fue afligida durante su vida pre-islámica con la muerte de Sajer, su medio hermano. Como resultado de su muerte ella lloró profusamente y escribió poemas en su honor. Ella estuvo afectada por su muerte por largo tiempo. Sin embargo, después que se hizo musulmana, esta misma mujer se sentó con sus 4 hijos antes de la batalla de Qadisiyah y les dijo: “Ustedes han abrazado el Islam voluntariamente y han emigrado libremente sin que nadie los obligue a hacerlo. ¡Juro por Al-lah, a lado de Quien nadie es digno de ser adorado! Ustedes 4 vienen del mismo vientre y de un padre, y saben acerca de la gran recompensa que Al-lah Ha preparado para los musulmanes que luchan contra los incrédulos. Saben que la vida eterna es mucho mejor que la terrenal y que Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Tened paciencia, sed perseverantes, proteged vuestro territorio de los enemigos y temed a Al-lah para que tengáis éxito.} [Corán 3:200] Por lo tanto, si permanecen seguros hasta la mañana, vayan y peleen contra el enemigo con paciencia y busquen la ayuda de su Señor sobre sus enemigos. Cuando vean que la batalla está más dura e intensa, váyanse al medio de ella y ganarán la felicidad eterna en el más allá”. A la mañana siguiente, los 4 jóvenes hombres se fueron como leones, pelearon valiente y agresivamente; las palabras de su madre resonaban en sus oídos, animándolos siempre que se debilitaban; eventualmente fueron asesinados todos ellos, uno tras otro. Cuando las noticias de su muerte llegaron a su madre, ella no lloró ni se lamentó, sino que perseveró pacientemente y pronunció palabras que fueron un reflejo de su profunda fe: “Todas las alabanzas perfectas son para Al-lah, Quien me Ha honrado con su martirio (es decir, el de sus hijos); tengo la esperanza de reunirme con ellos en el Paraíso”.
¿Quién era más amado para ella, su medio hermano o sus propios hijos? ¿Acaso no es mucho más difícil soportar la pérdida de 4 personas queridas que la de una sola? Las respuestas a estas preguntas son muy obvias; entonces, ¿por qué la tremenda diferencia en la reacción de esta mujer? Él único factor diferente fue la fe: ella había cambiado de ser una incrédula a ser una creyente.
De hecho, es la fe lo que hace que una persona deposite su confianza en Al-lah y le da esperanzas en la recompensa de Al-lah: el Paraíso.