¿Por qué es que los jóvenes adquieren este tipo de conductas?
La respuesta a esta pregunta la podemos resumir en los dos siguientes aspectos:
1. Falta de autoridad de los padres ante sus hijos y una educación deficiente. Cuántos padres son los que ven que sus hijos no cumplen con la oración y no son capaces de llamarles la atención y exhortarlos para que no las descuiden. Cuántos otros ven que las compañías de sus hijos son una mala influencia para ellos, y no hace nada por alejarlos de estos supuestos amigos. Así que nos encontramos con una cantidad innumerable de padres de familia que no quieren asumir sus responsabilidades frente a sus hijos y tampoco quieren siquiera esforzarse por aconsejarlos, exhortarlos y llamarlos al bien.
2. Las malas compañías y amistades, las cuales, en la mayoría de los casos, son las causantes principales de la desviación de los hijos, pues se caracterizan por que solo invitan a lo licencioso, disfrazan la perdición para que se vea como buena, facilitan todos los medios para que se caiga en ella y se sienten orgullosos de vivir en la desobediencia de Al-lah. Frecuentar personas de esta clase debilita la fe al punto que, en el peor de los casos, puede hacer que un musulmán abandone su fe; sobre gente así nos advirtió el Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam, cuando los comparó con los herreros, pues cuando alguien se acerca a ellos o lo queman mientras trabajan, o por lo menos el hedor del hierro ardiente se le pega. Hombres y mujeres caracterizados por este bajo comportamiento son en realidad demonios, de los cuales debemos pedir protección a Al-lah, para que nos libre de su mal.
Jóvenes, en estas líneas solo queremos hacerles un llamado a la grandeza y la dignidad, para que no se dejen engañar por términos como la modernidad y civilización, que aunque tengan un buen significado, se están utilizando fuera de su contexto real, dejando que cambien sus conductas y personalidades. No descuiden sus obligaciones para con Al-lah por comodidad o porque estén ocupados, y recuerden siempre el consejo dado por nuestro Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam: “Aprovechen cinco cosas antes de que os ocurran otras cinco: la vida antes de la muerte, la salud antes de la enfermedad, el tiempo libre antes de que os ocupéis, vuestra juventud antes de la vejez, y vuestra riqueza antes de la pobreza”.
Los jóvenes tienen una oportunidad de oro para merecerse un lugar privilegiado el día más difícil, duro y largo de todos, el del Juicio. Fue registrado por Bujari y Muslim que el Mensajero de Al-lah, sallallah 'alaihi wa sallam, dijo: “Siete clases de personas estarán bajo la sombra de Al-lah el Día en el que no habrá otra sombra más que la Suya…” y mencionó dentro de estos siete: “…un joven que se crió adorando a su Señor”. Cómo no ha de ser así, si esta persona creció junto con la fe, dominando su ego para cumplir con las órdenes Establecidas por Al-lah, utilizando toda su fuerza física y espiritual, sus bienes y todo lo que Al-lah le Concedió y Bendijo con ello, para buscar Su complacencia y agrado. Un hombre o mujer con estas características es querido y querida por todo mundo por el solo hecho de gustar del bien y hacerlo siempre que pueda, y porque si por algún motivo no puede hacer acciones virtuosas, exhorta a los demás a que las hagan y exalta a quien acostumbre hacerlas. En el caso en el que se le presente la oportunidad de cometer una falta o pecado, su fe y firmeza lo protegerán, con el favor de Al-lah, por más que se le presente disfrazada como buena.
Quien es consciente y comprende que la juventud es una etapa pasajera en nuestras vidas, que se va y no regresa más, la aprovecha en todo lo bueno a lo que Llama Al-lah, para de esta manera asegurar su éxito en esta vida y en la Otra. Y sabe que si la desperdicia en el pecado y la desobediencia, y desperdicia su tiempo en asuntos sin sentido, llegará el día en que se arrepentirá y se recriminará por haber sido injusto consigo mismo, y será de quienes, cuando vean frente a sí el futuro que se han buscado -es decir, el castigo-, dirán como nos lo Menciona Al-lah (lo que se interpreta en español) : {Si pudiera retornar [a la vida mundanal], entonces me contaría entre los benefactores} [Corán 39:58], pero ya será muy tarde.
No hay mejor persona ni más valerosa ni más piadosa ni más digna y amorosa que un joven creyente y temeroso de incurrir en acciones que desagraden a su Creador y Benefactor. Alguien así se distingue por su comportamiento, pues respeta a los mayores, es paciente y justo con los menores, no se le ve en malas andanzas ni acompañado de personas indecentes; su rostro ilumina con su tranquilidad, paz y alegría todo lo que le rodea. Una persona así está guiando a su ser hacia la gran recompensa que Al-lah Ha Preparado para gente como él.
Queridos jóvenes, aprovechen la vitalidad que tienen hoy en día antes de que sea demasiado tarde; recuerden que si esta oportunidad que Al-lah les Ha Concedido no la usan en algo bueno, pues será desperdiciada en algo malo de lo que se arrepentirán, sin lugar a duda, tarde que temprano. Recuerden las preguntas de la tumba, y las que se les hará en el más allá: ¿Quién es su Señor?, ¿quién fue el Profeta que siguieron?, ¿en qué invirtieron su tiempo, su juventud y sus bienes?…tendrán, mejor dicho, tendremos que rendir cuentas ante Al-lah por todo, absolutamente todo lo que teníamos e hicimos en nuestra vida, así que preparémonos con la mejor posición, las obras de bien y obediencia a Al-lah, para ese difícil Día.
Por último, solo nos queda recordarles que estamos en esta vida por una razón, adorar a Al-lah de la manera como Él y Su Mensajero lo decretaron. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¿Acaso creíais que os Creamos sin ningún fin, y que no ibais a comparecer ante Nosotros?} [Corán 23:115] La Ummah necesita hoy en día, más que en cualquier otra época, de jóvenes creyentes, comprometidos con su fe, responsables con sus deberes y firmes ante las tribulaciones que se siembran a su alrededor.