¿Es posible para una muchacha, cuya madre la considera “la niña de sus ojos” y que es excesivamente protegida, ser una esposa exitosa? ¿Podrá ella cargar con la responsabilidad de un esposo y una familia?
Esta pregunta es para toda madre que no está interesada en enseñar a su hija los quehaceres básicos del hogar gradual y sistemáticamente, la cual hace del matrimonio de su hija en un shock y transforma el Paraíso en el Infierno. Esta muchacha se encontrará repentinamente responsable de una causa y un esposo sin haber recibido ningún entrenamiento en su casa respecto a las tareas domésticas, y sin haber entrado nunca a la cocina o haber ordenado su cama o su armario.
Nunca hagas que tu hija atraviese por esta situación. Prepárala para ser una hábil ama de casa, especialmente en cocinar, que es algo difícil de dominar después del matrimonio. Incluso si una novia domina el arte de cocinar después de su matrimonio, usualmente esto es precedido por varios desacuerdos con su esposo sobre el tema y mucho criticismo sobre sus comidas, lo cual deja al esposo con una impresión negativa de su esposa.
Ciertamente, es mejor evitar una impresión negativa preparando a la muchacha sistemáticamente para asumir las responsabilidades del matrimonio.
La Dra. Siham ‘Abdul ‘Al sugiere los fundamentos de esta preparación a partir de su experiencia como esposa y madre, diciendo: “Las mujeres están natural, psicológica y fisiológicamente preparadas para la misión de la maternidad y el matrimonio. La preparación de una mujer debe comenzar gradualmente y de una forma sutil a temprana edad, para darle la oportunidad de asimilar las habilidades domésticas de forma gradual a través de algunas fases, que son:
1. En entrenamiento en el hogar antes del matrimonio: Aconsejo a toda madre comenzar el programa de gerenciamiento del hogar con su hija a la edad de 12 años, ya que esta es la edad de la adquisición de habilidades. Mientras más se retrasa el programa, el proceso de adquisición de habilidades será más lento. Probablemente, cuando una niña crece, este programa no será atractivo para ella, especialmente cuando la gama de sus intereses se expande. Así, la encontraremos totalmente ocupada con su feminidad, su belleza y su ropa más que cualquier otra cosa. Una vez la muchacha llega a la etapa preparatoria, el programa de entrenamiento debe comenzar durante las vacaciones de verano, que usualmente duran 3 meses. Por ejemplo, durante las vacaciones del primer año, es suficiente con enseñarle a tu hija cómo hacer la ensalada, preparar el desayuno y la cena, y que te ayude a poner la mesa para la comida.
Durante las vacaciones de verano del segundo año, podrías enseñarle cómo preparar las materias primas, como cortar cebollas, pelar ajos, cortar tomates, cocinar arroz blanco y hervir la carne y el pollo.
Durante las vacaciones de verano del tercer año, es suficiente con enseñarle cómo cocinar vegetales salteados y fritos, junto con lo que ha aprendido los años anteriores. Para el final de esta fase la muchacha será capaz de preparar una comida integral compuesta de arroz, vegetales, carne y ensalada.
Durante el primer año de la escuela secundaria, la muchacha estará más lista para aprender. Por tanto, debemos agregar a la agenda las tareas que no le pedimos que hiciera antes ya que aún era pequeña, como cocinar macarrones y freír fideos. Algunas madres creen que lo más sabio es no ocupar a su hija durante la secundaria para que se dedique sus estudios, y que es suficiente con lo que aprendió los años anteriores.
El programa de entrenamiento comienza nuevamente durante las vacaciones de verano de la universidad. En esta fase, debemos enseñarle todos los principios de la cocina que ella no conoce. Ella deberá ser capaz de manejar la casa completamente por un día entero durante cada semana. Gradualmente, los días por semana deben aumentar hasta que la muchacha se convierta en una experta en el manejo del hogar.
Con respecto a la muchacha que no recibe este programa gradual en su casa, deberá enfrentar un entrenamiento intensivo y continuo para que pueda estar al mismo nivel. Esto es porque si una esposa entra a la casa de su esposo sin ninguna experiencia o habilidad para manejar su hogar, lo dejará con una impresión sobre sus fallas que nunca se irá, sin importar cuánta experiencia ella adquiera, ya que las primeras impresiones son duraderas.
2. Practica durante el primer año de matrimonio: cualquier muchacha que recibe entrenamiento en su casa no encontrará ninguna dificultad en manejar su hogar y asumir sus responsabilidades personales. Algo adicional que ella experimentará durante esta fase es la responsabilidad de su esposo.
3. Asumiendo sus propias responsabilidades además de las responsabilidades por su esposo y su bebé: Aquí, nos damos cuenta de qué tan beneficioso para la muchacha fue el entrenamiento gradual a largo plazo. Este entrenamiento preparó a la muchacha para asumir sus responsabilidades de manera fácil y profesional, lo cual resulta en una familia feliz.