Una vez le peguntaron a Aisha, que Al-lah esté complacido con ella: “¿Quién es la mejor de las mujeres?”, respondió: “Aquella que no usa lenguaje obsceno, desconoce la astucia de los hombres (así no se convierte en su rival), y cuyo corazón está ocupado con nada más que adornarse para su marido y cuidar de sus hijos”.
Debes saber, mi querida hermana, que creer en Al-lah, Glorificado sea, es la esencia de tu felicidad y la fuente del consuelo y la tranquilidad. De hecho, la miseria, el sufrimiento y la agonía constante son causados por abandonar la fe en Al-lah Todopoderoso, y descuidar Su recuerdo, el agradecimiento a Él, y no cumplir con los actos de adoración. Al-lah, Glorificado sea, dice (traducción de su significado): {Los corazones de los creyentes se sosiegan con el recuerdo de Dios. ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios que se sosiegan los corazones?} [Corán 13:28].
{Pero quien se aleje de Mi recuerdo [Mi religión] llevará una vida de tribulación, y el Día del Juicio lo resucitaré ciego} [Corán 20:124].
Un joven musulmán inmigrante en los Estados Unidos cuenta que había trabajado para un magnate de los negocios que poseía varias empresas. Cada vez que el empresario pasaba al lado del joven, lo encontraba sonriendo y con aspecto feliz, mientras que el empleador estaba triste, preocupado y sombrío todo el tiempo. Una vez, le preguntó al joven musulmán por el secreto detrás de su sonrisa, que reflejaba felicidad y alegría. El joven simplemente le respondió: “Es porque soy musulmán”. Entonces, el empresario exclamó: “¿Encontraré esta felicidad que sientes si abrazo el Islam?”. El joven le contestó: “Sí”. Así que acompañó a su empleador a un Centro Islámico donde abrazó el Islam y luego se echó a llorar. Cuando le preguntaron por la razón de su llanto, respondió: “Esta es la primera vez en toda mi vida que he experimentado la felicidad verdadera” (Tarik As-Saadah, El camino a la felicidad).
El consejo de una madre a su hija
Cuando Awf Ibn Muhalim Ash-Shaibani, uno de los líderes más respetados de la nobleza árabe durante la yahiliyah (era preislámica) casó a su hija Umm Iyás con Al Háriz Ibn Amr Al Kindi, ella se preparó para ser llevada con el novio, y entonces su madre, Umámah, se acercó a ella y aconsejó a su hija diciéndole:
“Querida hija, estás dejando el hogar en el que creciste y fuiste criada, y vas a un hogar que no conoces con un compañero nuevo al que no estás acostumbrada. Al casarse contigo, él se ha convertido en tu guardián y responsable. Por lo tanto, sé su sierva y él será tu siervo.
Querida hija, mantén estos diez rasgos y él siempre te apoyará: En cuanto al primer y segundo rasgo, siéntete satisfecha con tu vida con él y sé una compañera obediente.
Tercero y cuarto: Mantente siempre atenta a aquello donde caen sus ojos y a lo que su nariz puede oler. No dejes que él te vea poco atractiva, y has que solo reciba aromas agradables de ti.
Quinto y sexto: No descuides la hora de sus comidas y mantén silencio mientras duerme, porque el hambre es agitante y perturbar el sueño produce ira.
Séptimo y octavo: Guarda su dinero y cuida de su hogar e hijos, ya que proteger su dinero es una buena característica, y cuidar de su hogar e hijos es una forma de honrarlo.
En cuanto a los rasgos noveno y décimo: Jamás expongas sus secretos ni desobedezcas sus órdenes, pues si expones sus secretos no estarás a salvo de su traición, y si desobedeces sus órdenes lo harás enojar.
Además, evita expresar felicidad cuando él esté triste o ser sombría cuando él esté feliz, pues lo primero es un acto de negligencia y lo segundo le desagradará.
Hónralo de la mejor forma que puedas y él te honrará de la mejor forma que pueda.
Mientras más estés de acuerdo con él, más tiempo permanecerá en tu compañía.
Debes saber que no alcanzarás lo que aspiras a menos que favorezcas su satisfacción sobre la tuya y sus deseos sobre los tuyos, tanto en lo que te agrada como en lo que te desagrada”.
Pasos para la felicidad conyugal
• Recuerda que no eres un hombre
Muchas esposas enfrentan un fracaso matrimonial debido al desarrollo de complejos sobre su feminidad. Tales mujeres no están orgullosas de su feminidad y no reconocen el papel de su esposo en estar a cargo y su derecho a liderear la familia. Esas mujeres son paranoicas y sienten constantemente que sus esposos están tratando de someterlas y de ejercer su masculinidad sobre ellas. En consecuencia, esas esposas tratarán de probar que son iguales que ellos. Esas creencias venenosas arruinarán sus vidas y las convertirán en un infierno viviente.
Tal mujer debería saber que los hombres y las mujeres se complementan unos a otros; los hombres disfrutan de cualidades de las que carecen las mujeres, y del mismo modo, las mujeres disfrutan de cualidades que los hombres no poseen. El derecho del hombre a hacerse cargo de la mujer no significa humillación ni supresión, sino que significa liderazgo, responsabilidad, sabiduría, compasión, misericordia y afecto. En virtud del derecho del hombre a hacerse cargo, puede llevar a su esposa a través de su vida hacia la seguridad y la felicidad.
• Busca el lado positivo
Muchas esposas no se sienten felices en sus matrimonios debido a su perspectiva negativa de sus esposos, solo ven sus defectos y carencias. Sus esposos pueden tener innumerables cualidades que sobrepasen sus defectos, pero su perspectiva melancólica de su vida las enceguece con relación a esos buenos rasgos, así que solo pueden ver las debilidades de sus esposos.
Una esposa sabia debe buscar los rasgos positivos de su esposo, enumerarlos, tratar de fomentarlos y alabarlo por ellos. Además, debe ser paciente con sus defectos y falencias, y tratar de pasarlos por alto. Si ella enfrenta los errores de su esposo con amabilidad, lo tocará en lo profundo y quizás lo lleve a cambiar su mal comportamiento y a reemplazar sus defectos con virtudes.
• Asegura el amor de tu esposo hacia ti
Verificar el amor de su esposo es esencial para que la esposa alcance la felicidad marital. Por un lado, un esposo debe afirmar su amor por su esposa de vez en cuando. Por otro lado, una esposa debe recordar el amor de su esposo hacia ella y tratar de hallar razones que puedan verificar ese amor, la primera de las cuales fue su propuesta de matrimonio en primer lugar, lo que prueba su atracción hacia ella y su amor por ella. Además, el hecho de que él continúe casado con ella también es un indicativo de esto. A eso se agrega el hecho de que él la apoya financieramente, la atiende, la cuida, la cela de forma protectora. Todo esto destaca su amor por su esposa.
• Tu felicidad reside en tu satisfacción
¿Cuántas mujeres se han privado de alcanzar la felicidad matrimonial propia por estar deseando lo que tienen otras? La esposa presiona a su esposo para que satisfaga sus deseos proporcionándole lujos que no son necesarios en lo absoluto, a sabiendas de que están fuera de su alcance. Al ver a su esposo incapaz de proporcionarle lo que quiere, ella pierde respeto por él y lo ve como una persona perezosa y pasiva.
Si tal esposa analizara su vida con justicia, vería los innumerables puntos positivos y el lado brillante de las páginas de su vida, que pueden garantizar su felicidad si está satisfecha con las bendiciones que Al-lah, Glorificado sea, le ha otorgado. En el pasado, la esposa musulmana se paraba a la entrada despidiéndose de su esposo que salía a trabajar, y le recordaba: “Teme a Al-lah Todopoderoso, y asegúrate de no traer a casa nada que sea ilícito; podemos soportar hambre, pero no podremos soportar el Infierno”. Vale la pena mencionar que una persona feliz no es la que obtiene todo lo que desea, ya que los deseos propios no pueden ser completamente satisfechos, sino que continúan hasta el último aliento. En realidad, la felicidad verdadera se encuentra en estar satisfecho con lo que se tiene.