La parte del hombre en este mundo está representada por su vida, así que si la usa correctamente en asuntos beneficiosos que lo ayuden en el otra vida, habrá hecho un negocio rentable y exitoso; sin embargo, si la malgasta cometiendo pecados y malas acciones hasta que muera en esta condición, estará entre los perdedores. La persona sabia es quien se rinde cuentas a sí mismo antes de que sea llamado ante Al-lah para rendir cuentas, evita los pecados por temor a que lo lleven a la destrucción. Ibn Mas’ud, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “El creyente teme a sus pecados como una persona sentada al pie de una montaña teme que ésta colapse sobre él y lo destruya”.
Cuán a menudo se da que una persona insista en cometer pecados menores hasta que se acostumbra a ello, sin pensar jamás en la grandeza de Aquel a quien está desobedeciendo; así, estos pecados se convierten en la razón para que él tenga un mal final. Anas Ibn Malik, que Al-lah Esté complacido con él, se dirigió a algunos de las Tabi’in (los que se hicieron musulmanes después de la muerte del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam), que Al-lah les Dé Su perdón, diciendo: “Ustedes realizan acciones que consideran que tienen menos peso que un cabello (es decir, que son insignificantes), mientras que durante la vida del Profeta nosotros considerábamos tales actos como pecados mayores”.
Al-lah Ha resaltado en Su Libro la importancia de esforzarse por tener un buen final. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Temed a Al-lah como es debido y no muráis sino sometidos a Él.} [Corán 3:102] Así, el mandato de mantener la piedad continúa hasta la muerte, para que uno pueda tener un buen final.
Algunas personas hacen grandes esfuerzos en actos de obediencia y se abstienen de la desobediencia por un largo periodo de sus vidas, pero antes de su muerte comienzan a cometer pecados, lo cual causa que tengan un mal final; el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo al respecto: “Ciertamente, uno de ustedes puede realizar las acciones de los habitantes del Paraíso, hasta que solo exista un codo entre él y aquel (el Paraíso), cuando lo que está predestinado pase, y entonces realice acciones de los moradores del Infierno hasta que entre en él”. [Bujari y Muslim]
Sahal Ibn Sa’ad As-Sa’idi, que Al-lah Esté complacido con él, reportó que una vez un musulmán estaba peleando muy agresivamente durante una batalla, lo cual impresionó a los compañeros, que Al-lah Esté complacido con ellos, y por eso algunos de ellos dijeron: “El único entre nosotros que hoy ha cumplido sus deberes en esta batalla es fulano”. Acto seguido, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Él es de los habitantes del Infierno”. Algunos de los compañeros, que Al-lah Esté complacido con ellos, dijeron: “Si este hombre es de los habitantes del Infierno, entonces, ¿quién de nosotros será de los moradores del Paraíso?” Uno de ellos dijo: “Lo seguiré y veré lo que hace”. Así que lo hizo y fue testigo de que cuando ese hombre fue gravemente herido y no podía soportar sus heridas, se suicidó con su propia espada. El compañero, que Al-lah Esté complacido con él, regresó de prisa ante el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y dijo: “¡Doy testimonio que eres el Mensajero de Al-lah!” El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le preguntó: “¿Por qué dices eso ahora?” Él respondió: “El hombre de quien tú antes dijiste que sería de los habitantes del Infierno hizo esto y esto”; y señaló hacia fuera entre lo musulmanes muertos. Entonces el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ciertamente, un hombre puede realizar los actos de los moradores del Paraíso, así le parece a la gente, mientras que es de los habitantes del Infierno”. En otra narración, él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ciertamente, las obras son según la forma de su final”. Esto significa que lo que importa es la forma en que uno termina su vida, y no su aparente rectitud.
Al-lah Describe a los creyentes como aquellos que combinan en ser temerosos y virtuosos, Diciendo (lo que se interpreta en español): {Ciertamente aquellos que [además de obrar correctamente] temen a su Señor, creen en Sus signos, no Le atribuyen copartícipes, dan en caridad parte de lo que se les ha concedido, y aún así sienten temor en sus corazones porque saben que comparecerán ante su Señor, son quienes se apresuran en realizar obras de bien, y son los primeros en hacerlas.} [Corán 23:57-61]
Así es cómo los compañeros, que Al-lah Esté complacido con ellos, eran. Abu Baker, que Al-lah Esté complacido con él, solía decir: “Hubiese deseado ser simplemente un pelo en el cuerpo de un siervo creyente”. ‘Ali, que Al-lah Esté complacido con él, temía abrigar falsas esperanzas de vivir una larga vida, y también temía seguir sus deseos; él solía decir: “Tener falsas esperanzas hace que uno se olvide de la otra vida, y seguir nuestros deseos evita el adherirse a la verdad”.
La muerte repentina refleja un mal final para una persona, porque parece que así la persona no tuvo la oportunidad de arrepentirse. Los Salaf, que Al-lah les Dé Su perdón, solían temer grandemente un mal final.
El temor por un mal final siempre debe estar presente en la mente del siervo, porque el ser temeroso hace que uno se esfuerce más. Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien esté temeroso (del saqueo del enemigo) debe partir en la primera parte de la noche; y quien parta temprano alcanzará su destinación. Sean conscientes de que la mercancía de Al-lah es preciosa, sean conscientes de que la mercancía de Al-lah es el Paraíso”. [Tirmidhi y Al Hakim]
Por otro lado, cuando uno se aproxima a la muerte, debe esperar encontrarse con su Señor y debe tener más esperanza que miedo, ya que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ninguno de ustedes debe morir sino teniendo pensamientos positivos acerca de Al-lah”. [Muslim]
Lastimosamente, muchos musulmanes ignorantemente pierden todas su esperanzas en la Misericordia de Al-lah; por lo tanto continúan cometiendo pecados, lo cual los puede llevar a la destrucción, porque así como Al-lah Es Misericordioso, también Es severo en el castigo, como nos lo Informa cuando Dice (lo que se interpreta en español): {Anúnciales a Mis siervos que soy Absolvedor, Misericordioso, y que Mi castigo es el más doloroso.} [Corán 15:49-50]
Ma’ruf Al Karyi, que Al-lah le Dé Su perdón, dijo: “Tener esperanzas en la misericordia de Aquél a quien desobedeciste es una tontería”.
Un musulmán debe estar dispuesto a saldar sus cuentas con otros, ya sea que se trate de asuntos materiales como las deudas, o inmateriales como la opresión y la transgresión; de lo contrario ellos serán saldados en la otra vida de manera que otros reciban de sus recompensas, y sus recompensas se agotan, entonces los pecados que aquellos a quienes dañó les serán transferidos a él; por tanto, ¿qué harás?
Los signos que reflejan un buen final
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos infromó acerca de algunos asuntos, cuya ocurrencia es una buena noticia para le difunto de que ha tenido un buen final. A continuación veremos algunos de ellos:
• Pronunciar el testimonio de fe antes de la muerte: Mu’adh Ibn Al Yabal, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Aquel cuyas palabras finales sean: ‘La ilaha il-la Al-lah’ (nadie merece ser adorado excepto Al-lah), entrará al Paraíso”. [Al Hakim]
• El martirio por la causa de Al-lah: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Y no creáis que quienes han caído por la causa de Al-lah están muertos. Al contrario, están vivos y reciben su sustento junto a su Señor. Se regocijan por la gracia que Al-lah les ha concedido y están felices por la recompensa que recibirán quienes todavía no se les han unido, y no temerán ni se entristecerán. Están contentos con la gracia y el favor de Al-lah, y porque Al-lah no deja de recompensar a los creyentes.} [Corán 3:169-171]
• Morir en una batalla, durante el Hayy o la ‘Umrah: El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien es asesinado por la causa de Al-lah es un mártir; quien muere mientras pelea por la causa de Al-lah es un mártir”. Respecto al compañero que murió, como resultada de haber recibido una patada de su animal, mientras estaba en estado de Ihram (por el Hayy o la ‘Umrah), él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Lávenlo con agua y (hojas de) árbol de loto, amortájenlo con sus propias vestiduras y no cubran su cabeza, porque él será resucitado en el Día de la Resurrección pronunciando el Talbiah”.
• El ayuno y la caridad: Huzaifah, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien dice: ‘La ilaha illal-lah’ (nadie es digno de ser adorado excepto Al-lah) buscando la complacencia de Al-lah, y que esta sea su declaración final, entrará al Paraíso; quien ayuda sinceramente, buscando la complacencia de Al-lah, y muere en ese estado, entrará al Paraíso; quien gasta en caridad, buscando la complacencia de Al-lah, y esta es la última cosa que hizo antes de morir, entrará al Paraíso”.
• Morir defendiendo una de las cinco cosas que el Islam vino a proteger: La religión, la vida, la riqueza, el honor (es decir la familia) y la mente: Sa’id Ibn Zaid, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien es asesinado mientras protege su riqueza es un mártir; quien es asesinado mientras protege su familia es un mártir; quien es asesinado mientras protege su religión es un mártir; quien es asesinado mientras se protege a sí mismo es un mártir”.
• Morir mientras se resiste pacientemente durante una enfermedad o epidemia: Abas Ibn Malik, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Morir a causa a la peste es martirio para todo musulmán (que muere de esa manera)”. Rashid Ibn Hubaish, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Un musulmán que es asesinado (por la causa de Al-lah) es un mártir; morir a causa de la peste es martirio; una mujer que muere durante su embarazo es una mártir, y morir de tuberculosis es martirio”. Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Morir de una enfermedad estomacal es martirio para todo musulmán (que muere de esa manera)”.
• Una mujer que muere por sangrado durante el postparto: ‘Ubadah Ibn As-Samit, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Una mujer que muere durante el embarazo es una mártir, y su bebé la introducirá en el Paraíso por medio de su cordón umbilical”.
• Ahogarse o morir bajo los escombros de un edificio derrumbado: Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Los mártires son de cinco tipos: quien muere por la peste, quien muere por una enfermedad estomacal, quien se ahoga, quien muere bajo los escombros (de un edificio derrumbado, etc.) y quien muere peleando en el camino de Al-lah”. [Bujari y Muslim] En otra narración reportada por Yabir Ibn ‘Atik, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, agregó: “Quien muere siendo quemado es un mártir, (ya que es) el único que muere de pleuresía”.
• Morir durante el viernes: ‘Abdullah Ibn ‘Amer, que Al-lah Esté complacido con él, reportó que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Nunca un musulmán muere durante el día o la noche del viernes sin que Al-lah lo proteja de las pruebas de la tumba”.
Medios para lograr un buen final
Existen muchas formas de lograr un buen final, las siguientes son algunas de ellas:
• Ser conscientes de Al-lah abiertamente y en secreto.
• Evitar los pecados mayores y saber que los pecados menores se convierten en mayores si una persona insiste en ellos y fracasa en renunciar a ellos.
• Mencionar a Al-lah frecuentemente.