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¿Cómo debemos tratar a las personas?

¿Cómo debemos tratar a las personas?

 

Un verdadero musulmán es sincero con Al-lah y con las demás personas; es sincero en sus actos de adoración y en todas sus transacciones mundanales. La relación entre un musulmán y las otras personas está basada en la honestidad y el conocimiento. Un musulmán que sabe que Al-lah Ha prohibido la Riba (usura e interés) y Ha ordenado que los negocios nunca caigan en la Riba y se deben realizar exactamente como el Profeta,sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo aclaró. El musulmán no vende lo que es prohibido, no engaña al comprador, y cuando se realiza el llamado para la oración del Yum’ah, inmediatamente responde, como Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Cuando se convoque a la oración del día viernes, acudid al recuerdo de Al-lah y abandonad el comercio, pues ello es lo mejor para vosotros. ¡Si supierais!} [Corán 62:9]
 
Cundo empieza la oración comunal, un musulmán solo debe ocuparse de atender la oración y nada más. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Hombres a los que ni los negocios ni las ventas les distraen del recuerdo de Al-lah, la práctica de la oración prescrita y el pago del Zakat , pues temen el día en que los corazones y las miradas se estremezcan [el Día del Juicio].} [Corán 24:37]
 
Un musulmán nunca vende nada que sea prohibido o algo que la gente use en actos de desobediencia, como instrumentos musicales, porque su Señor le Prohíbe hacer eso, Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Ayudaos unos a otros a obrar el bien y apartarse del mal, y no cooperéis en el pecado y la trasgresión. Y temed a Al-lah; por cierto que Al-lah es Severo en el castigo.} [Corán 5:2]
 
Un musulmán no debe, por ejemplo, vender un carro en cuotas por cincuenta mil dólares a alguien (a quien desea prestar dinero), luego comprar el carro nuevamente de la persona a quien se lo vendió por cuarenta mil dólares en efectivo. Esto significa que él ha prestado cuarenta mil en efectivo los cuales tienen que ser devueltos como cincuenta mil en cuotas; este es un truco que no engañaría ni a un niño, menos aún engañaría al Señor.
 
De la misma manera, un musulmán nunca debe comprar un carro mediante una compañía financiera la cual compra el carro para él dándole un cheque (o haciendo una transferencia de dinero) para el concesionario, luego él tiene que pagar a esta compañía financiera el nuevo precio, el cual es más alto, en cuotas; esto es porque un musulmán conoce que ellos deben poseer primero la mercancía para que islámicamente estén habilitados para vendérsela. Un musulmán no debe usar tarjetas de crédito sobre las que tiene que pagar intereses, porque él teme que Al-lah le pueda declarar la guerra por eso. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Y si no dejáis la usura, sabed que Al-lah y Su Mensajero os declaran la guerra…} [Corán 2:279]
 
Un musulmán debe conocer las condiciones islámicas para comprar y vender, y no debe iniciar dos diferentes transacciones relacionadas al mismo negocio al mismo tiempo (es decir, con diferentes condiciones y precios para el mismo artículo). Un musulmán no debe vender nada diciendo al comprador: “Te venderé tal y cual artículo, con la condición de que me lo rentes”; o: “Te venderé tal y cual artículo, con la condición de que me hagas tu socio en lo que sea que hagas con él”.
 
Un musulmán nunca debe tomar interés sobre los préstamos que hace a otros, ni debe decir: “Te prestaré tal y cual cantidad de dinero, con la condición de que me permitas casarme con tu hija o tu hermana”. Además, un musulmán nunca debe esconder los defectos de la mercancía que está vendiendo, ni debe engañar, defraudar o dañar a otros de ninguna manera
 
Cuando un musulmán presta algo a otros, lo hace solamente por la causa de Al-lah, esperando por Su recompensa, él busca la recompensa mencionada por el Profeta,sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien dijo: “Un musulmán que presta a otro musulmán dos veces, tiene la recompensa de dar en caridad una vez”. Entonces, si un musulmán prestó a otro musulmán 10.000 dólares, será recompensado como si hubiese dado 5.000 dólares en caridad, y si le presta otra vez, es como si hubiese dado 10.000 en caridad.
 
Cuando un musulmán alivia de una angustia a su hermano musulmán, debe hacerlo buscando la recompensa mencionada por el Profeta,sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien dijo: “Quien alivie a un creyente de una dificultad de este mundo, Al-lah lo aliviará de uno de sus problemas el Día de la Resurrección”.
 
Cuando un musulmán se presta dinero de alguien debe esforzarse por devolverlo a tiempo; no debe defraudar esta confianza y no debe tomar el dinero o la propiedad de las personas con la intención de arruinarlos o no devolverlos, porque él sabe que por eso podría merecer el castigo de Al-lah; no debe gastar el dinero, por ejemplo, en un viaje prohibido y luego argumentar que no tiene el dinero. Un musulmán se presta solo ante una necesidad y con la intención de devolver el dinero; nunca debe mentir o evitar pagar a tiempo. Un musulmán debe esforzarse en pagar sus deudas y debe recordar la historia de un hombre de las naciones que nos precedieron, quien se prestó dinero y viajó por el océano buscando su provisión, y cuando llegó el palazo para la devolución del dinero, él seguía de viaje y no pudo encontrar un barco que lo llevara de regreso para así poder pagar el dinero a tiempo; así que tomó una pieza de madera, hizo un agujero en ella, puso el dinero dentro del agujero y suplicó a Al-lah que el dinero llegara hasta su piadoso dueño. Al-las Sabía lo que había en el corazón de aquel hombre y que él deseaba cumplir su palabra, por tanto Al-lah no Permitió que la madera se hundiera o que el dinero se saliera del agujero y se arruinara o que la madera llegara a un lugar diferente y que el dinero fuera tomado por otra persona; en lugar de eso, Al-lah Decretó que dueño del dinero encontrara la madera justo en el tiempo en que le tenía que ser devuelto. El tomó la madera y la iba a utilizar para hacer fuego para su familia, sin saber que adentro estaba el dinero; pero cuando cortó la madera y ésta se abrió, él encontró su dinero junto con un mensaje que el deudor había escrito. Así es como un sincero y honesto musulmán debe ser en sus asuntos y el cumplimiento de su palabra.
 
Un musulmán no debe aceptar ser abogado en un caso hasta que no sepa que este no involucra ninguna prohibición y que no existe ninguna opresión de parte de su cliente o que serán tomadas las posesiones de otra persona sin ningún derecho.
 
El musulmán tiene esperanza en la recompensa mencionada en el Libro de Al-lah, donde Dice (lo que se interpreta en español): {En muchas de las conversaciones secretas no hay ningún bien, salvo que sean para realizar una caridad, una buena acción o reconciliar a los hombres. Quien haga esto anhelando complacer a Al-lah, le Agraciaremos con una recompensa grandiosa.} [Corán 4:114]
 
El musulmán acepta todas las ofertas de reconciliación y no es terco ni arrogante; él perdona y deja pasar por alto las cosas. Cuando dos musulmanes están en conflicto, deben renunciar a sus derechos con el fin de llegar a la reconciliación; pero, ¿por qué? Porque Al-lah Incentiva eso y Dice a Sus siervos creyentes (lo que se interpreta en español): {…Temed a Al-lah, afianzad vuestra hermandad…} [Corán 8:1] Por lo tanto, un musulmán deberá ceder una parte de su dinero adeudado, precio de sangre o cualquier otro derecho, con el fin de que el conflicto sea resuelto. Él hace esto únicamente por la causa de Al-lah.
 
De la misma manera, cuando un creyente se presta algo, lo cuida, y tan pronto como la necesidad de ese algo o el periodo de su préstamo se ha terminado, él lo devuelve. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¿Acaso has observado [¡Oh, Muhammad!] a quien desmiente el Día del Juicio? Él es quien rechaza al huérfano y no exhorta a alimentar al pobre.¡Ay de los que oran y son negligentes en sus oraciones [realizándolas fuera de su horario], y solo las realizan para hacerse ver. Y niegan prestar hasta la mínima ayuda!} [Corán 107:1-7]
 
Las personas que se prestan algo de sus hermanos musulmanes dejar ver su temor a Al-lah en la manera en cómo tratan eso que se han prestado; por ejemplo, musulmanes que se presta carros de otros musulmanes y los dañan, ¿cómo ellos pueden actuar de esa manera siendo que Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¿Acaso la recompensa del bien no es el bien mismo?} [Corán 55:60]?
 
Si un musulmán o uno de sus hijos destruyo o arruina algo, él está obligado a pagar el precio completo al dueño, reemplazar lo arruinado o pedir perdón al dueño. Un musulmán no debe dejar que tales asuntos sean resueltos el Día de la Resurrección, cuando para ningún negocio servirá el dinero, ni el oro ni la plata.
 
Cuando nos comprometemos con algo, debemos ser cumplidos por la causa de Al-lah, y adherirnos a Sus mandatos; Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Al-lah os Ordena que restituyáis a sus dueños lo que se os haya confiado, y que cuando juzguéis entre los hombres lo hagáis con equidad. ¡Qué bueno es aquello a lo que Al-lah os Exhorta! Al-lah es Omnioyente, Omnividente.} [Corán 4:58]
 
Cuando un musulmán da en caridad, donaciones o Zakat, para entregarla en algún lugar, él lo está recibiendo en confianza y no tiene ningún derecho de hacer con ello lo que le pazca; no puede prestar de ello, incluso si pretende devolverlo al final del mes de su salario; no puede prestar nada a menos que tenga permiso del dueño.
 
La honestidad implica que cuando uno encuentra algo lo anuncie a las personas usando todos los medios posibles a su alcance; de otro modo, debe dejar lo que encontró y no cargar con esta responsabilidad.
 
Estos temas son los que distinguen a los musulmanes en sus asuntos y transacciones con los demás. Así como un musulmán debe ser sincero en la forma en que realiza la ablución, las oraciones, el pago del Zakat, el ayuno y la peregrinación, también debe ser sincero y honesto en sus asuntos y transacciones con las personas.
 
Un musulmán teme a su Señor en su relación con Él, así como cuando trata con otros seres humanos, porque Al-lah nos Pedirá cuentas por la forma en que tratamos con los demás. Otro ejemplo del buen trato es que cuando una persona da un regalo, nunca debe pedir que se lo devuelvan (a menos que el regalo haya sido usado para cometer un pecado), porque el Profeta,sallallahu ‘alayhi wa sallam, relacionó el hacer esto con algo extremadamente detestable cuando dijo: “Quien da algo (a alguien) como un regalo y luego pide que se lo devuelva, es como un perro que come su propio vómito”. Y también: “No está permitido para un hombre hacer una donación o dar un regalo y luego tomarlo de vuelta, excepto para un padre con respecto a lo que le da a su hijo”. [Abu Dawud y otros]
 
Un padre no debe favorecer a uno de sus hijos por encima de los otros dándole regalos, a menos que exista una justificación islámicamente válida. Además, la gente no debe ser privada de su derecho a heredar, porque este es uno de los más grandes pecados, como Ibn ‘Abbas, que Al-lah Esté complacido con él, dijo.
 

Una persona a quien se le confía la ejecución del testamento, debe pagar el debido Zakat del difunto primero, luego cumplir cualquier expiación debida o promesas que él haya hecho, luego pagar a cualquier otra persona a la que le debía el difunto; es solo entonces que puede llevar a cabo las instrucciones relacionadas con la herencia que están en el testamento.

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