Para las hermanas casadas y solteras que deben trabajar debido a una necesidad financiera, se les presenta un desconcertante dilema: por un lado, la existencia de una necesidad económica real; y por el otro, la tremenda tentación y tribulación. Estas dificultades han llevado a algunas hermanas a tomar medidas extremas, como recurrir a las mezquitas locales para pedir ayuda económica o a los servicios de beneficencia; en muchos casos, cualquier ayuda que ellas reciben no es suficiente para cubrir ni los más modestos gastos para el sustento. Estas opciones solo pueden ofrecer ayuda temporal y no son una solución para las necesidades a largo plazo. La solución que puede funcionar para la mayoría de nosotros es trabajar desde la casa.
Muchos de nosotros estamos informados de la persistencia de Jadiyah, la esposa del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Ella, que Al-lah Esté complacido con ella, fue una astuta mujer de negocios. A pesar que Jadiyah, que Al-lah Esté complacido con ella, era una mujer rica, inició un negocio casero que actualmente no requiere de una gran inversión. De hecho, en la mayoría de los casos, un pequeño emprendimiento casero apenas podría requerir de una mínima inversión para comenzar. Además, la mayoría de nosotros también estamos conscientes de que el Islam ha bendecido a las mujeres y les ha permitido conducir sus propios negocios. No existe ninguna duda de que es permitido; pero, de qué manera elegimos poner en práctica esas bendiciones, es el tema clave.
Como mujeres musulmanas, tenemos ciertas obligaciones, para con nuestros hogares y familias, las cuales siempre deben ser nuestra principal prioridad. Nunca debemos perder la vista de la importancia de esas obligaciones; el ser buenas madres y esposas es más importante para nuestra vida en el Más Allá, de lo que cualquier otro trabajo pueda serlo jamás. El criar a nuestros hijos como musulmanes responsables y honestos, es un medio por el cual podemos alcanzar nuestra meta: el Paraíso; y eso es algo que ninguna riqueza material podría nunca sustituir, no importa cuán grande sea. Sabiendo esto, tenemos que hacer una elección y protegernos a nosotras mimas. El trabajar desde la seguridad de nuestro hogar puede significar un mundo de diferencia para nuestra familia y, lo más importante, nos permite salvaguardar nuestra religión.
La idea de trabajar en el hogar no es algo nuevo, sino que ha sido practicada durante años y de diferentes maneras. Sin embargo, con el advenimiento del Internet una nueva puerta ha sido abierta. El trabajo independiente se ha convertido en algo muy común en el actual mercado laboral y ahora existen empleados que trabajan a distancia más que nunca antes. El trabajar desde casa puede ser ahora una realidad y no solo un sueño para la mujer musulmana.
Beneficios excelentes
Los beneficios y recompensas de trabajar desde el hogar son innumerables. Usted es su propio jefe, y por lo tanto es libre de manejar su propio horario. Por ejemplo, si su hijo necesita atención o si usted necesita realizar la oración, tiene la ventaja de poder hacer un receso en cualquier momento, estará siguiendo su propio ritmo de trabajo, no el de alguien más. Si su situación económica mejora y ya no existe una fuerte necesidad de trabajar, la opción de tomar una vacación es suya. Podrá tratar con sus clientes solo vía correo electrónico, eliminando por completo el contacto cara a cara o por teléfono. Lo que es más, usted tiene el beneficio agregado de decidir cuándo responder los correos electrónicos en dependencia de su disponibilidad de tiempo. Los cheques vienen a usted en lugar de que usted vaya a ellos. En otras palabras, el trabajo puede girar alrededor de usted en lugar de que sea al revés.
Uno de los aspectos más beneficiosos de trabajar desde el hogar, es que puede ser realizado por una persona o como una aventura familiar. El efecto de trabajar en conjunto puede incluso hacer que la familia se una más, mientras que simultáneamente se beneficia económicamente. Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, pueden participar en un negocio casero. Este puede ser incluso una de las más efectivas oportunidades de aprendizaje práctico para los niños. El echar a andar un negocio casero incorpora varias actividades necesarias para la vida real que el niño puede descubrir, tales como el marketing, la publicidad, el desarrollo de conceptos de negocios, matemáticas y trabajo en grupo.
Un negocio casero también provee un sólido fundamento para enseñar al niño la ética del trabajo islámico. Para una mujer musulmana esta es una situación beneficiosa desde todos los sentidos: está disponible para estar con sus hijos, ganar dinero extra y establecer el mejor horario de trabajo para ella y para su familia.
Trabajar desde casa puede también dar pie a que las hermanas se unan y organicen sus esfuerzos para desarrollar sus talentos. Si usted es una mujer que tiene habilidades para la computación o los negocios, puede dedicar algo de su tiempo para enseñar a otras hermanas que necesitan trabajar, así ellas pueden beneficiar a sus familias y usted será recompensada si Al-lah Quiere.
Nuestros hogares son una protección para nosotras y además pueden ser beneficiosos, no solo islámicamente hablando, sino también económicamente. Debemos ser ingeniosos y encontrar lo que cada uno de nosotros puede hacer desde el hogar para ayudar a nuestras familias y a nosotros mismos, mientras preservamos y protegemos nuestra religión y castidad.
Consejo final
Este ha sido un intento de ofrecer una alternativa para sustituir el tener que someternos a un ambiente de trabajo fuera de casa. Sin embargo, si una hermana está obligada a trabajar en tales ambientes, entonces ella debe ser consciente de que el Hiyab, por sí mismo, es una declaración de que ella es una musulmana orgullosa y comprometida. Esto, si es hecho con sinceridad, puede evitarle mucho daño.
El consejo más importante que las hermanas deben recordar es que no importa dónde estemos o lo que estemos haciendo, debemos ser persistentes en cumplir con los mandatos de Al-lah, tenerlo siempre en mente y confiar solamente en Su bendición y ayuda. Si estamos en un trabajo donde sentimos que nuestros valores están siendo comprometidos, la mejor opción es abandonarlo. Al-lah, el Todopoderoso, debe ser siempre nuestra principal prioridad, no el dinero, la satisfacción personal ni el deseo de prestigio o poder. Si las cosas parecen estar demasiado agobiantes o difíciles, debemos volvernos siempre a Al-lah y pedir Su ayuda y guía.
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Al-lah, el Todopoderoso, Dijo: ‘Yo Seré como Mi siervo piensa que Soy. Yo Estoy con él cuando Me menciona. Si él Me menciona en privado, Yo lo Mencionaré en privado; y si él Me menciona en público, Yo lo Mencionaré ante el mejor de los públicos. Si él se acerca a Mí la distancia de un palmo, Yo Me acercaré a él la distancia de un codo; y si él se acerca a Mí la distancia de un codo, Yo Me acercaré a él la distancia de un brazo”. [Bujari]
Si usted tiene que trabajar definitivamente, entonces asegúrese de realizar la oración del Istijarah antes de postular a cualquier empleo, busque la guía de Al-lah y encomiende el asunto a Él, ciertamente Al-lah es el Mejor Depositario de los asuntos y el Más Digno de confianza. Confiemos en Al-lah en todos nuestros asuntos, ya sea en lo personal, en lo social o en lo profesional.