¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Si el muerto es enterrado, debe ser respetado y dejado en paz, y no está permitido abrir su tumba de nuevo, a menos que haya una necesidad poderosa. Además, enterrar al muerto en dirección de la Qiblah es recomendable y es un acto Sunnah, pero no es una de las necesidades por las que la tumba puede ser exhumada. Ibn Abi Zayd Al-Maliki, que Dios tenga misericordia de él, dijo: "Se recomienda hacer que el muerto descanse en su tumba sobre su lado derecho con el rostro hacia la Qiblah, ya que esa es la dirección más noble".
Si hay un error en el entierro y el finado no es dirigido hacia la Qiblah, esto debe ser corregido antes de terminar el entierro, y el difunto debe ser dejado en paz una vez este termina. Según Jalil Al-Maliki, que Dios tenga misericordia de él, "el difunto debe ser puesto sobre su lado derecho mirando hacia la Qiblah, y si esto es violado, es conveniente que sea corregido siempre y cuando la tierra no se haya afianzado sobre él, de otro modo, debe ser dejado en paz".
Por lo tanto, lo que debe hacer es simplemente pedir perdón por esto, y dar caridad a nombre del difunto. No está permitido abrir su tumba y no hay necesidad de mencionar lo ocurrido, ya que no se espera ningún beneficio de ello.
Y Al-lah sabe más.