¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
La norma básica en la adoración es realizar los rituales en conformidad con lo dicatod por Al-lah, en sumisión a Él y cumpliendo con todos los requisitos para su validez. Los eruditos pueden extraer la sabiduría y las razones de por qué un acto de adoración en particular es realizado de una forma específica y con un número establecido, etcétera, enfatizando la norma básica mencionada.
En cuanto a la pregunta en cuestión, el Shaij Ibn ‘Uzaimin, que Al-lah tenga misericordia de él, dijo, después de mencionar la opinión de que no se hace súplica abierta en la oración fúnebre: "Ellos justifican esto por el hecho de que la oración fúnebre se propone ser ligera y es por ello que no contiene Ruku‘, Suyud, ni recitación de otro Sura o verso después de Al-Faatihah, o ninguna recitación de acuerdo a la opinión de algunos eruditos, ni Tashah-hud."
Y Al-lah sabe más.