Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
No hemos encontrado en los libros de Tafsir un motivo de
Pero, conviene en este sentido decir que esta aleya destaca que una de las cualidades más importantes del musulmán es adorar exclusivamente a Al-lah y también cuidar la sinceridad en la adoración. Demuestra también que el Islam comprende todos los aspectos de la vida del musulmán, ya que Al-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que en español se interpreta así): {Hemos hecho que te descendiera a ti el Libro que es una aclaración para cada cosa.} [Corán 16: 89]
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cumplió con lo que Al-lah le Ordenó decir. Así pues, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo decía en el principio de la oración. Fue narrado bajo la autoridad de ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, al levantarse para realizar la oración, decía: “Dirijo mi rostro, como Hanif, a Quien Ha creado los cielos y la tierra y no soy de los que asocian. Mi oración, el sacrificio que pueda ofrecer, mi vida y mi muerte son para Al-lah, el Señor de los mundos…” [Muslim]
Y Al-lah Sabe mejor.
1. [Salat]
2. [Son de y para Allah]