¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
El sueño de la esposa puede ser o no una excusa legítima para que se abstenga de tener relaciones sexuales con su marido. Si su sueño es causado por fatiga, cansancio o enfermedad, o si su sueño es tan profundo que despertarla pueda exponerla a algún sufrimiento, en esos casos el sueño será considerado una excusa legítima. Pero si ella se entretiene sin grandes dificultades o problemas a causa de esto, no se le considerará una excusa legítima.
Por otro lado, es deber del esposo ser amable y misericordioso, y preferir, para satisfacer su deseo sexual, un momento oportuno en el que ambos, él y su esposa, estén activos. Es mejor preceder el acto sexual con juegos previos que adornen el deseo y hagan a un lado el sueño, y no ponerla a ella en dificultades para tomar su derecho. También es propio de la esposa someterse a su esposo siempre que esté en su capacidad.
Y Al lah sabe más.