Las alabanzas sean para Al-lah, Señor del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y discípulos.
La certeza en que Al-lah responderá las súplicas es algo bueno y no se considera como kibr. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Hagan du’a con certeza de que será escuchada” (At-Tirmidhi, de Abu Hurairah, y dijo que era Hasan Garib).
Pero debes tener presente que la forma en que Al-lah responde a los du’as puede variar; así que puede ser que la responda no con lo que tú estás pidiéndole, sino librándote de un mal inminente que te iba a suceder, o que Su respuesta la guarde para el Día de la Resurrección. Abu Sa’id reportó que el Enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No hay un solo du’a que el musulmán pida, que no tenga que ver con un pecado o con cortar los lazos familiares, sin que Al-lah le responda de una de las siguientes maneras: que le conceda inmediatamente lo que pidió, que guarde la respuesta para la Otra Vida o que lo libre de un mal equivalente a la súplica que hizo”. Los que lo escuchaban le dijeron: “Entonces incrementaremos más nuestros du’as”. Les dijo: “Háganlo, que Él les dará mucho más” (Bujari, en el capítulo de Al Adab, Ahmad y Al Hakim, quien dijo que su Sanad era Sahih).
Así que lo que te corresponde es en insistir en tu du’a sin límites, siendo consciente de la benevolencia y generosidad que Lo caracterizan, y aceptar con conformidad y sumisión lo que Él decida concederte.
Y Al-lah sabe más.