Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta, Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.
El sufismo de la forma en que hoy en día se lo define y de la manera en que sus seguidores lo practican en la actualidad, es una innovación que no tiene soporte alguno en la Shari’ah.
El sufismo atravesó varias etapas a lo largo de la historia y las personas que se adhirieron a sus enseñanzas provienen de diferentes perspectivas y vertientes religiosas. En un periodo de la historia significaba, para los especialistas en teología y la Shari’ah, austeridad, piedad, dedicación y entrega a la adoración, y el abandono de los bienes materiales (sin implicaciones teológicas o cambios en las formas de adoración establecidas por la Shari’ah). Sin embargo, este concepto no duró mucho y, poco a poco, fue cambiando debido al efecto que tuvo la adopción de filosofías que finalmente lo alejaron de ser una forma de comportamiento y dedicación a la adoración, para convertirse en una secta desviada e innovadora en todo sentido, que no se basaba ya en las fuentes de la Shari’ah en cuanto a su origen y manera de sostener, con base en ellas, sus prácticas y creencias.
De modo que no puede haber algo que se pueda llamar en la actualidad “sufismo sunita”, aunque en un principio sí fue posible, por los cambios que hicieron en la creencia y la práctica, como explicamos en un principio. Te invitamos a que revises las fatwas 149877 y 144199 que pronto publicaremos.
En cuanto a lo que tu amigo dice: “Al final todos adoramos al mismo Dios. Cada uno lo hace a su manera” contradice lo que al final afirma: “[…] lo importante es que sigamos lo que Al-lah y Su Mensajero enseñaron”, puesto que esta última aclaración no concuerda con la forma en que se extraen las creencias y prácticas sufíes, ni la manera en que las sustentan o la forma en que deducen los juicios jurídicos.
Un ejemplo de ello es el hecho de que para la mayoría de las sectas sufíes las “visiones” que se tienen durante el sueño son la fuente en la que basan sus creencias, prácticas y leyes, factor que contradice el principio de basarse para ello solo en el Corán y la Sunnah, siendo que Al-lah dijo: {Este es mi sendero recto, síganlo. Pero no sigan otros caminos, porque si lo hacen, estos los dividirán y los desviarán de Su camino. Esto es lo que les ha ordenado para que tengan temor de Él} [Corán 6:153].
En realidad, lo que cuenta al final es el tipo de discrepancia y diferencia de pensamiento que existe y el efecto que tiene, mismo que se divide en dos clases, la primera es la divergencia en la forma de entender y comprender una situación, un asunto o un juicio, pero que no va en contra de lo expuesto en un texto del Corán o de la Sunnah, y en el Iyma’ (consenso de los sabios y eruditos reconocidos). Mientras que la segunda no sustenta sus ideas en una prueba admitida por la Shari’ah, sino que se fundamenta en las pasiones, lo que alguien piense que está bien y, en ocasiones, a un dalil pero que no tiene aceptación.
De modo que si el jilaf (discrepancia o diferencia de opinión) tiene que ver con una práctica o forma de comportamiento, pero esta ha sido discutida con anterioridad por especialistas reconocidos, entonces, en dicho caso, no hay nada que reprochar.
Pero si dicho jilaf no es de los conocidos, en ese caso hay que diferenciar entre lo que es verdadero y lo que es falso, y entre lo correcto y lo incorrecto, colocando las ideas en el tamiz de la Sunnah y el entendimiento y práctica al respecto de los salaf de los sahabah, y la generación que les sucedió, es decir los tabi’un y todos los eruditos que les siguieron a ellos y que siguieron su metodología.
Respecto a las sectas que mencionas en la pregunta: la secta sufí, ash’ariah, yahmiah, qadriah o mu’tazilah, no es desconocido que el jilaf que hay con ellas se trata de una divergencia entre la verdad y la falsedad en los fundamentos mismos. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Los judíos se dividieron en setenta y una sectas, una de ellas estará en el Paraíso y las setenta restantes en el Infierno. Los cristianos se dividieron en setenta y dos sectas, setenta y una estarán en el Infierno y solo una en el Paraíso. Les juro por Quien tiene el alma de Muhammad en Sus manos (les juro por Al-lah), que ustedes, los musulmanes, se dividirán en setenta y tres sectas, una sola en el Paraíso y setenta y dos de ellas en el fuego”. Le preguntaron: “¿Cuál será la que se salvará?”, respondió: “Al Yama’ah (la que se mantenga unida bajo los principios del Corán y la Sunnah)” (Ibn Mayah; Al Albani lo clasificó como Sahih) .
Con base en lo anterior, queda claro que la respuesta a la última pregunta es que no, no le es lícito a un musulmán seguir una secta desviada, por más que no esté convencido de sus creencias, lo que debe hacer es lo que Al-lah dijo: {Cuando veas a los que se burlan de Mis signos, aléjate de ellos hasta que cambien de conversación. Pero si el demonio te hace olvidar, cuando lo recuerdes no permanezcas reunido con los injustos. A los que tienen temor de Dios no les corresponde pedirles cuentas [a quienes se burlan] por lo que hacen, pero sí exhortarlos [llamándolos a la reflexión] para que tengan temor de Dios} [Corán 6:68-69].
Lo que es lícito es estar en contacto con ellos y buscar la forma de aconsejarlos para hacerlos salir de su desvío, pero si insisten en mantenerse en sus ideas, hay que dejarlos y no seguir frecuentándolos, pues quien se relaciona demasiado con personas que tienen malas costumbres y creencias, finalmente será considerado como uno de ellos. Al Hafidh Ibn Hayar dijo en su libro Fathul Bari: “Se reportó de Ibn Mas’ud, que Al-lah esté complacido con él, Marfu’an, que dijo: ‘Quien comparte con un grupo de personas sus malos comportamientos, será uno de ellos. Quien se complace con las acciones que realice un grupo de gente, sean buenas o malas, será parte de los actos que realizan’. Fue registrado por Abu Ya’la en el relato que menciona la historia de Ibn Mas’ud. Hay un reporte parecido de Abu Dhar que fue registrado por Ibn Mubarak, pero conectado directamente al Profeta y no como Marfu’”.
Ibn Battal, en su comentario sobre Sahih Al Bujari, dijo: “No se recomienda asistir a lugares donde las personas comenten pecados, ni a sus reuniones, pues hacerlo es señal de aprobación de sus actos y a quien lo haga se lo considerará como uno igual a ellos. Además, puede ser que por sus acciones Al-lah decida enviarles un castigo estando él allí, así que será alcanzado por la ira de Al-lah”.
Te invitamos a que revises las fatwas 95023, 29243 y 97693 que pronto publicaremos.
Y Al-lah sabe más.