Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y bendiciones sean con el profeta Muhammad, con todos sus familiares y con todos sus seguidores.
Le pedimos a Al-lah que le de firmeza en la fe a este hermano, luego de haberlo agraciado con la bendición del Islam.
Debemos recordar que cuando una persona se convierte al Islam, todos los pecados que haya cometido en el pasado, mayores y menores, le son perdonados. La conversión al Islam es el inicio de una nueva vida, pura y libre de pecados.
‘Amru Bin Al ‘As, que Al-lah esté complacido con él dijo: “Cuando Al-lah puso al Islam en mi corazón, fui donde el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y le dije: Dame tu mano derecha para jurarte mi fidelidad”. Él extendió su mano, pero yo retiré la mía. Me dijo: “¿Qué pasa ‘Amru?”. Le dije: Quiero poner una condición”. Replicó: “¿Qué quieres?”. Dije: Quiero ser perdonado por todo lo que hice. Respondió: “No sabes que el Islam borra todo lo anterior a él” [Muslim].
Algunos de los musulmanes de la época del profeta antes de ser musulmanes habían cometido muchas faltas y sus bienes provenían de actividades ilícitas, pero una vez se hicieron musulmanes, no se les pidió deshacerse de ese dinero.
Al Shaij Ibn Al Uzaimin le hicieron una pregunta similar y respondió: “Le digo a este hermano, al que Al-lah ha agraciado con el Islam que se anime, porque ese dinero le está permitido y no hay pecado en él por su causa, ya sea que lo conserves, lo des en caridad o lo utilices para lo que sea. Dijo Al-lah: “Diles a los que se niegan a creer que si desisten [y abrazan el Islam] les será perdonado cuanto cometieron en el pasado” [Corán 8:38].
Por lo tanto, este hermano puede hacer con ese dinero todo lo que quiera, dentro de lo que la ley permite y nadie debe recriminarlo por el pasado.
Y Al-lah sabe más.