¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Lo más correcto es que descubrir el rostro del difunto en el momento del entierro no forma parte de la Sunnah, sino que más bien está en contra de su norma evidente.
En las Fataawa del Comité Permanente (de Arabia Saudita) está escrito:
No conocemos evidencia alguna que sugiera el descubrir el rostro de los muertos en la tumba. Al contrario, la norma evidente de las evidencias legisladas indica que el rostro no debe estar descubierto, y que hombres y mujeres son iguales en este sentido. Esto debido a que la norma básica es cubrir el rostro junto con el resto del cuerpo, a menos que se trate de un Muhrim, en cuyo caso no se cubre el rostro.
En cuanto a la persona que hace esta pregunta, si bien hizo mal en hacer lo que hizo cuando enterró a su padre, está excusado debido a su ignorancia y a la buena presunción que hizo acerca del sepulturero que lo llevó a ese acto.
También podría ser de ayuda saber que algunos eruditos tienen mucho que decir a este respecto. El Shaij Ibn ‘Uzaimin dijo en Liqa’at Al-Bab Al-Maftuh:
Descubrir el rostro del difunto cuando es puesto en la tumba, es el acto de algunos de los Salaf, por lo que no recae culpa sobre quien lo hace. Sin embargo, no debe descubrirse toda la cara, sino solo la mejilla que descansa sobre el suelo. También había entre los Salaf quienes no cubrían el rostro. Por lo tanto, esta no es una cuestión estricta.
Y Al-lah sabe más.