Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Quien defendió al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, de los ataques de Abu Yahel y los demás politeístas de la Meca, fue su tío Abu Talib, tal como lo establecen los textos. Pero desde el comienzo, quien impedía que alguien lo dañara, incluso tras la muerte de su protector, fue Al-lah. (Es importante señalar que el hecho de que Abu Talib hubiese defendido a su sobrino no significa que él creyera en su misión, porque los textos y relatos auténticos confirman que Abu Talib murió siendo politeísta y que este será merecedor del castigo del Infierno por haber rechazado el llamado del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, pese a que sabía que era verdad. Si defendió a su sobrino, solo lo hizo siguiendo las viejas tradiciones de los árabes que dictaban que había que proteger a la familia. Por otro lado, no debemos olvidar que los musulmanes de ese periodo, incluyendo a ‘Umar Ibn Al Jat-tab, que Al-lah Esté complacido con él, defendieron al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, a capa y espada, y que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas con tal de que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, pudiera cumplir con su misión.)
Y Al-lah Sabe mejor.