Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Los libros de Bujari y Muslim son los más auténticos libros después del Libro de Al-lah, y toda la nación musulmana acepta los relatos registrados por ellos, excepto por unas cuantas narraciones que algunos eruditos criticaron; pero, después del análisis científico, se confirmó que Bujari y Muslim estaban en lo correcto en la gran mayoría de los casos en cuestión. Esto fue afirmado por Ibn Hayar y otras luminarias de la ciencia del Hadiz.
El problema no es si estos libros contienen unas cuantas narraciones débiles y que algunos eruditos las critiquen (basándose en principios científicos), pues solo el Libro de Al-lah es infalible. El verdadero problema es rechazar algunas narraciones auténticas registradas por Bujari y Muslim u otros sin evidencia alguna.
En cuanto a si el Profeta era o no analfabeto, la respuesta es afirmativa, y la respaldan evidencias del Corán y la Sunnah. En cuanto a las narraciones que afirman que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, escribió con su mano, las mismas son entendidas por los eruditos de la siguiente manera:
1. Las narraciones pueden significar que se le atribuye el acto a la persona que lo ordena, sin que esta lo haya llevado a cabo personalmente. Esta es la opinión de los eruditos, quienes creen que el Profeta permaneció analfabeto toda su vida y que no podía ni leer ni escribir. Este grupo de estudiosos no clasificó a las narraciones auténticas como falsas solo por algunas contradicciones supuestamente existentes.
2. Las narraciones pueden significar que el Profeta efectivamente escribió con su mano. Algunos estudiosos son de esta opinión y consideran este hecho como uno más de los milagros que Al-lah Concedió al Profeta. Sabemos que siendo analfabeto Al-lah le Enseñó lo que no sabía, y lo Hizo leer aquello que no sabía leer y Recitar aquello que no sabía recitar. De igual manera, después que fuera comisionado como Profeta, Al-lah Pudo haberle enseñado a escribir con su mano lo que antes no podía escribir. Estos eruditos dijeron: “El describirlo como analfabeto antes de que comenzara su misión profética no disminuye de ninguna manera su estatus”.
Las anteriores explicaciones pueden aclarar esta confusión acerca de las supuestas contradicciones entre los textos. En cuanto a que algunos enemigos del Islam usan estos textos para criticarlo, esto no quiere decir que los vamos a rechazar solo por sus críticas, pues las mismas no tienen fundamento científico y no solo se relacionan con el Hadiz, sino que incluso alcanzan la integridad del Corán y sus versículos. ¿Vamos a rechazarlos solo porque ellos los rechazan o vamos a buscar cuáles son las respuestas que los estudiosos dieron a los mismos?
Y Al-lah Sabe mejor.