Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Los árabes poseían conocimiento religioso, spiritual y teológico, que habían heredado de sus Profetas anteriores y que conocieron gracias al contacto con otros grupos religiosos como los judíos y los cristianos.
Basados en este conocimiento, los árabes solían darle a sus ídolos nombres derivados de los Nombres y Atributos de Al-lah. Por ejemplo, llamaban a uno de sus ídolos más famosos “Al-lat”, palabra derivada de Al-lah, como mencionaron algunos estudiosos.
Tal y como usted lo mencionó, los árabes también ponían a sus hijos nombres derivados de los Nombres de Al-lah.
Y Al-lah Sabe mejor.