La proteccion de Banu Hashem
30/11/2010| IslamWeb
Los incrédulos de Banu Hashim y de Banu Al Muttalib se asociaron con el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le protegieron, como una de las costumbres de Al Yahiliah. De esto y lo otro, aprendemos que el musulmán puede aprovechar de las leyes de Al Kufr en lo que sirve Ad-Da‘wah, a condición de que esto sea basado en una fatwa correcta de los ulemas.
Los derechos del hombre son una garantía para el musulmán en nuestra época. También se beneficia de la libertad religiosa en muchos de los países, y muchas leyes de los países del mundo dan oportunidades a los musulmanes, y por tanto éstos tienen que aprovechar eso y de lo demás a través de condiciones precisas.
Es importante saber que los familiares del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a su persona, no tenía como objetivo proteger el mensaje con el que Al-lah lo Envió, sino que estaban defendiendo a un pariente cercano de gente extraña. He aquí un claro ejemplo de cómo el musulmán puede aprovechar esta situación para hacer valer sus derechos y rechazar la injusticia de la que es victima.
Abu Talib tuvo éxito en conquistar a la sociedad de Quraish con sus grandes poemas que la sacudieron y la hicieron moverse para romper el acuerdo como hemos mencionado antes, y en especial a aquellos cinco quienes tenían lazos de parentesco con Banu Hashim y a Banu Al Muttalib. Finalmente, vimos el efecto que tuvieron en alejar esa injusticia y tiranía de los musulmanes, de sus auxiliadores y de sus aliados.
Esta situación indica que muchas personas que aparentemente parecen seguir Al Yahiliah, pueden rechazar esta injusticia y tiranía por dentro y aprovechan de la oportunidad adecuada para eliminarla. Los musulmanes tienen que preocuparse por esta clase de gente, entrando en contacto con ellos, aclarándoles la realidad del Noble Corán y de la Sunnah. Puede que estas personas constituyan un bloque de apoyo a los musulmanes y sus causas.
El fenómeno de Abu Lahab, tío del Profeta, merece la preocupación y el estudio porque se repite en la historia islámica; ya que es probable que los divulgadores del Islam encuentren de sus aliados más cercanos quien les ataca, perjudicándoles fuertemente y luchando contra ellos mucho más que sus peores enemigos.
Las instrucciones del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a los musulmanes consistían en no enfrentarse al enemigo, controlar sus nervios, no encender el fuego de la batalla ni ser su combustible (es decir, sus causas), y que la mejor educación en esta etapa es tener paciencia por parte de los héroes de la tierra contra este perjuicio, sin resistencia. Hamzah, ‘Umar, Abu Bakr, ‘Uzman y los demás, que Al-lah esté complacido con ellos, escucharon y obedecieron. Pues, recibieron todo este perjuicio, este rencor y toda esta injusticia, controlándose a sí mismos y teniendo paciencia, no sólo en un incidente o un día, sino por tres años muy duros, en los cuales supieron controlar sabiamente sus innatos impulsos de rechazar la injusticia a la que eran sometidos.
Los incidentes confirmaron la grandeza de los creyentes, en cuanto a obedecer las órdenes de su líder, y alejarse de los comportamientos irresponsables, pues, no había algo más fácil que matar a Abu Yahl y emprender una batalla no planeada que sólo Al-lah Sabe sus resultados.
Ad-Da‘wah tuvo éxito en Abisinia, en Nayran, en Azd Shanu’ah, en Daws y en Gifar, y estos se constituirían claramente en centros futuros de fuerza para el Islam, en especial cuando se haga necesario un movimiento de fuerzas decisivo. Esto también significó un respiro para la Da’wah dentro de Meca, dando esperanzas y renovando entusiasmos.
Estos tres años fueron para la primera generación del Islam una importantísima escuela que los educó preparándolos para la gran tarea que tenían reservada. Experimentaron todo: el hambre, el miedo, la paciencia ante la aflicción, controlar los nervios, someter el ego y el cuerpo, etc.
Algunos personajes de los incrédulos, adoptaron en su interior la educación del Profeta, se afectaron por la grandeza de la personalidad del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y reaccionaron en sus interiores con los principios presentados por la nueva religión. Sin embargo, el dominio de la gente y la influencia de los grandes impedían destacar esta reacción, este amor y esta educación. El episodio del boicot a los Banu Hashim y el endorsamiento no deseado al acuerdo que lo enforzaba es una clara prueba de ello.
Los argumentos claros, las evidencias irrefutables y los milagros no tienen un efecto real en la gente que sigue solo sus deseos, pasiones y egos. Así, en el incidente de las termitas, vemos que Abu Talib les informó sobre lo que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le había dicho acerca del documento siendo carcomido por estos insectos, y el hecho que sólo el nombre de Al-lah había sido preservado. A pesar que así mismo ocurrió, los incrédulos de Quraish no decidieron creer en el Profeta, sallallaahu 'alayhi wa sallam.
El incidente del boicot económico y social sirvió a la Da‘wah, para propagarla entre las tribus de los árabes. Pues, la noticia se publicó en todas las tribus árabes a través de la temporada de la peregrinación mayor. Por tanto, toda la Península Arábiga prestó atención a esta Da‘wah cuyo dueño y sus Sahabah aguantaron el hambre, la sed y el aislamiento durante todo este tiempo. Este acto les inspiró que esta Da‘wah era verdad, pues, si no hubiera sido así, el dueño de este mensaje y sus Sahabah no hubieran aguantado todo este perjuicio y esta tortura.
Este bloqueo provocó el enfado de los árabes contra los incrédulos de La Meca por su crueldad con Banu Hashim y Banu Al Muttalib. Así como provocó su compasión hacia el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y sus Sahabah, que Al-lah esté complacido con ellos; de modo que cuando el bloqueo acabó, muchas personas abrazaron el Islam, y Ad- Da‘wah se difundió en los territorios árabes colindantes. Es evidente que el boicot tuvo un efecto no esperado para los Quraish, ya que lo que acabó pasando es que la Da’wah islámica consiguió más simpatizantes tanto en la Meca como fuera de ella.
El apoyo de Banu Hashim y Banu Al Muttalib al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y el hecho que aguantaron el bloqueo económico y social con él, tuvo su efecto en Al Fiqh islámico, puesto que el quinto de la parte de los familiares, se da a Banu Hashim y Banu Al Muttalib. Ibn Kazir, que Al-lah le dé Su perdón, aclara este juicio al explicar la aleya donde Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta así en español): {Sabed que un quinto del botín de guerra que logréis Le corresponde a Al-lah, al Mensajero, sus familiares, los huérfanos, los pobres y los viajeros insolventes, [y el resto a los combatientes]; si es que creéis en Al-lah y en lo que le Revelamos a Nuestro siervo el día que se evidenció la verdad de la falsedad [el día de la batalla de Badr ]: el día que se enfrentaron los dos bandos [los creyentes y los incrédulos]; y Al-lah Tiene poder sobre todas las cosas.} [Corán 8: 41].
Dice, pues: “Respecto a la parte de los familiares; corresponde a Banu Hisham y Banu Al Muttalib, porque estos últimos apoyaron a Banu Hashim en Al Yahiliah, y al principio del Islam. Además, entraron con ellos en el desfiladero demostrando su enfado por lo que se le estaba haciendo al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y para protegerle; el musulmán por obediencia a Al-lah y a Su Mensajero, y el incrédulo de ellos por fanatismo tribal y por obediencia a Abu Talib. Mientras que Banu ‘Abd Shams, Banu Nufal, aunque eran sus primos paternos, no estaban de acuerdo con eso, sino que les combatieron y apoyaron a las tribus de Quraish en su guerra contra el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Por eso, la crítica de Abu Talib a ellos en su poema era más fuerte que la de los demás por la relación muy cercana. En algunas narraciones se encuentra el Hadiz donde el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “No nos abandonaron ni en Al Yahiliah ni en el Islam”. Y la opinión de la mayoría de los ulemas es que se refiere a los Banu Hashim y Banu Al Muttalib”.
Cuando Al-lah Hizo triunfar su religión, Fortaleció a Su Mensajero, y Permitió la conquista de La Meca y luego la peregrinación de la despedida, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, prefirió quedarse en Jaif Bani Kinanah para recordar la aflicción y la opresión que sufrieron, y agradecer a Al-lah por la gran conquista que les Otorgó, entrando en La Meca de donde fueron obligados de salir. Asimismo, para confirmar que la verdad vence siempre, y que Al-lah, Enaltecido Sea, Fortalece a los pacientes. Fue narrado bajo la autoridad de Usamah ibn Zaid, que Al-lah esté complacido con él, que él dijo: ¡Oh Mensajero de Al-lah! ¿Dónde te quedarás mañana? –Durante su peregrinación - Dijo: “¿Acaso ‘Uqail nos dejó una casa?” Luego dijo: “Vamos a quedarnos mañana en Jaif Bani Kinanah, Al Muhasib, donde los Quraish se pusieron de acuerdo sobre Al Kufr”. Eso porque Banu Kinanah se alió con Quraish contra Banu Hashim, en cuanto a no tratar con ellos ni resguardarles. Az-Zuhri, que Al-lah le dé Su perdón, dijo: Al Jaif es el valle. [Al Bujari].
Cada pueblo, en cualquier tiempo, que intenta aplicar la Shari‘ah de Al-lah, tiene que tomar en consideración las posibilidades del bloqueo y del boicot por parte de la gente de la falsedad. Pues, Al Kufr es una sola doctrina. Por ende, los líderes de la Ummah tienen que prepararse a sí mismos y sus seguidores para tales circunstancias. Además, tienen que ponerles las soluciones adecuadas si pasan, y pensar en resistir el bloqueo con los medios apropiados.