El agua de Zamzam: Su historia y su importancia (Parte 1)
10/11/2010| IslamWeb
Introducción
Al-lah Ha hecho a todas las criaturas vivas de agua. La gente necesita agua para casi todo: para la agricultura, la construcción, el transporte, y para enfriar y calentar las cosas. Pero no todas las aguas tienen el mismo valor e importancia. Los musulmanes se refieren al agua de Zamzam como algo venerado y único. Ellos anhelan este misterioso líquido y aman beberlo cuando pueden. Y aquellos que logran ir al Hayy, regresan a casa cargando consigo esta agua por miles de millas como una preciada posesión y para darla como un regalo especial para sus amigos y familiares.
Pero, ¿qué es tan especial sobre el agua de Zamzam? En una palabra: todo
Todo acerca de ella es extraordinario. El milagro de cómo apareció en medio del desierto, su consistencia a lo largo de miles de años, las cualidades beneficiosas que tiene, el hecho de que nunca se seca. Esta agua es especial.
El hecho es que, este pequeño pozo de 5 pies de profundidad está muy lejos de cualquier otra fuente o cuerpo de agua. Se reabastece a sí mismo de forma constante para producir litros y litros de agua para el consumo de los sedientos peregrinos, además de todo el agua que se embotella y cantidad que es llevada como regalos distribuidos alrededor del mundo a millones de personas. Se ha comprobado científicamente que el agua se Zamzam contiene cualidades curativas debido a su alto contenido de sales de calcio y magnesio, además de fluoruros naturales que tienen una acción germicida.
También es un hecho establecido científicamente que las fuentes o pozos de agua tienden a criar vegetación, como algas, especialmente en climas cálidos. Sorprendentemente, este no es el caso del pozo de Zamzam, el cual se ha mantenido libre de contaminantes biológicos.
Desde el momento en que Hagar deambuló sin rumbo por el desierto buscando el sustento para su hijo y para ella, hasta el momento en que Isma’il, la paz sea con él, puso sus pequeños pies sobre la arena y el pozo de Zamzam nació por causa de la gran misericordia de Al-lah, los musulmanes han estado bebiendo de él. Lo que es más fascinante es que jamás se ha secado. Para los musulmanes, esta agua bendita es especial en cuanto a su significado y su historia.
Una majestuosa historia
Ibn ‘Abbas, que Al-lah Esté complacido con él, narró que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Cuando Ibrahim (Abraham) tuvo diferencias con su esposa (debido a sus celos de Hayar, la madre de Isma’il), él tomó a Isma’il y a su madre y se fue. Tenían un bolsa de piel conteniendo un poco de agua, la madre de Isma’il solía beber agua la bolsa, para poder tener más leche para su hijo. Cuando Ibrahim llegó a Meca, la hizo sentarse bajo un árbol y luego regresó a su casa. La madre de Isma’il lo siguió, y cuando llegaron a Kada, ella lo llamó desde atrás: ‘¡Oh, Ibrahim! ¿A quién nos estás dejando?’ Él respondió: ‘[Los estoy dejando al cuidado de] Al-lah’ Ella dijo: ‘Estoy satisfecha de estar con Al-lah’. Ella regresó a su lugar y comenzó a beber agua de la bolsa de piel, y su leche aumentó para su hijo. Cuando el agua se acabó, se dijo a sí misma: ‘Mejor voy a buscar a ver si puedo ver a alguien’. Ascendió la colina de Safa y miró, esperando ver a alguien, pero en vano. Cuando bajó al valle, corrió hasta llegar a la colina de Marwah. Ella corrió de una a otra (entre las dos colinas) muchas veces. Luego dijo para sí: ‘Mejor voy a ver cómo está el niño’, fue y lo encontró en la condición de alguien que está a punto de morir. Ella no podía soportar ver a su hijo morir y dijo (para sí misma): ‘Si voy y veo, tal vez encuentre a alguien’. Fue y ascendió la colina de Safa y miró por largo tiempo, pero no pudo ver a nadie. Así, completó siete vueltas (corriendo) entre Safa y Marwah. Nuevamente se dijo: ‘Mejor volveré para ver cómo está el niño’. Pero de pronto escuchó una voz y dijo: ‘Ayúdanos si puedes ofrecernos alguna ayuda’. Era Gabriel (de quien provenía aquella voz). Gabriel golpeó la tierra con su talón así (Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, golpeó la tierra con su talón para ilustrar), y entonces el agua brotó. La madre de Isma’il estaba sorprendida y empezó a cavar… Comenzó a beber del agua y su leche aumentó para su hijo…”. [Bujari]
En otra narración de Ibn ‘Abbas, que Al-lah Esté complacido con él, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “¡Que Al-lah sea Misericordioso con la mamá de Isma’il! Si ella hubiera dejado el agua de Zamzam (la fuente) como estaba (sin construir una cuenca para mantenerla), habría sido una corriente que fluye. Yurhum (una antigua tribu árabe) acudió a Hayar y le preguntó: ‘¿Podemos quedarnos en tu morada?’ Ella dijo: ‘Sí, pero no tienen ningún derecho a poseer el agua’. Ellos estuvieron de acuerdo”. [Bujari]
Y fue así como el valle seco y estéril de la Meca se convirtió en un lugar habitado.
El Arcángel Gabriel descubrió el agua de Zamzam y la vida del Isma’il, el tatarabuelo del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, fue salvada. Hayar, la esposa del Patriarca Ibrahim, la paz sea con él, evitó que fluyera, haciendo así que se convirtiera en un pozo. Se encuentra ubicado al lado del más sagrado de todos los lugares sagrados: la Ka’bah. Esta agua fue la causa directa el establecimiento de Yurhum en Meca, y por lo tanto, el inicio de la era mecana en la historia humana. Ninguna otra agua puede ostentar este honor.
El renacimiento de Zamzam
Con el pasar del tiempo, los habitantes de Meca comenzaron a apartarse de las costumbres de los piadosos. Yurhum, el núcleo de la población mecana, fueron expulsados de la Meca cuando se volvieron injustos y tiránicos. Ellos, siendo plenamente conscientes de la importancia de Zamzam, taparon el pozo pérfidamente para que sus conquistadores no se beneficiaran de sus bendiciones. Zamzam no se volvió a abrir y desde entonces quedó en el olvido.
Muchas generaciones pasaron en Meca con el pozo de Zamzam completamente olvidado, hasta que ‘Adbul Muttalib (el abuelo paterno del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam) revivió el pozo muerto. El mismo ‘Abdul Muttalib ignoraba sobre Zamzam. Con la cercanía del último mensaje divino, una serie de preludios significativos tuvieron lugar, el renacimiento de Zamzam fue uno de ellos.
Ocurrió que durante tres noches consecutivas, ‘Abdul Muttalib tuvo una visión muy clara sobre la excavación de un pozo. En cada visión el nombre del pozo era diferente y no se mencionaba ninguna locación. Sin embargo, a la cuarta noche el nombre de Zamzam y su ubicación fueron comunicados a Abdul Muttalib de forma tan clara que comenzó su tarea designada a la mañana siguiente.
Ante la incredulidad de los mecanos que ridiculizaban el aparentemente inútil intento de encontrar agua en un lugar tan árido como ese, per ‘Abdul Muttalib encontró agua en aquel antiguo pozo enterrado muy cerca de la Ka’bah. Y era natural que los mecanos reclamaran, obviamente, una parte de este pozo tan especial. ‘Abdul Muttalib no dio ninguna concesión y rechazó tal reclamo.
Los mecanos y ‘Abdul Muttalib no pudieron negociar un punto medio, por lo que ambas partes acordaron en buscar un arbitraje. Así, se dirigieron a una sacerdotiza cuya mediación era aceptada por ambas partes.
En su camino, y mientras cruzaban el desierto, la caravana se quedó sin agua. Los compañeros de ‘Abdul Muttalib renunciaron a cualquier esperanza de salvación. Y cuando todo parecía perdido, brotó agua de un pequeño orificio que el camello de ‘Abdul Muttalib hizo con su rodilla. Al ver esto, los mecanos supieron que Aquel que había salvado a ‘Abdul Muttalib de una muerte eminente seguramente Haría que la disputa sobre Zamzam sea a su favor. Por lo tanto, los mecanos decidieron hacer un acuerdo de reconciliación y ‘Abdul Muttalib, y la familia del Profeta por ende, fueron ennoblecidos con una clara distinción.
Es de suma importancia mencionar que la posesión de Zamzam por parte de ‘Abdul Muttalib no implicó la negación del agua a los demás. Al ser el único heredero de Zamzam significaba que solo ‘Abdul Muttalib era quien proveía agua a los peregrinos, nadie más (salvo su familia, por supuesto) podía participar de este privilegio tan honorable.