Si se nos pidiera describir el Islam con una sola frase, esta sería: “At-Tawhid (el monoteísmo puro)”. El principio fundamental sobre el que se establece toda la religión y la creencia es la adoración total y absoluta de Al-lah sin asociarle con nada ni nadie, y la sumisión a Su voluntad y órdenes. At-Tawhid trae justicia y paz al mundo; mientras que el Shirk (asociación, politeísmo) es fuente de injusticia, pues somete a los hombres a la obediencia de tiranos, quienes esparcen la corrupción por la tierra. La asociación y el politeísmo han logrado escalar y llegar a todas partes, aprovechándose de la ignorancia de las personas sobre la verdad de Al-lah y su sumisión a otros en lugar de Al-lah. Sin embargo, el Islam sobresale en estos tiempos como la tabla de salvación que puede evitar que la humanidad se hunda por completo en la decadencia que les llevará a su destrucción.
Las enseñanzas del Islam buscan establecer el Tawhid; el Hayy, por ejemplo, nos remontan a las vivencias del Profeta Ibrahim (Abraham), la paz sea con él, y la forma en que combatió en contra de la adoración de ídolos, dejó su tierra y salió en búsqueda de una patria donde se adorara únicamente a Al-lah. Él fue quien nos llamó musulmanes (sometidos a la voluntad de Al-lah) y quien, con la ayuda de su hijo Ismail, elevó las paredes de la Ka´bah, convirtiendo ese lugar en el primer templo donde se nombraba y adoraba únicamente a Al-lah. Desde esa lejana época los ritos que rememoran el Tawhid siguen vivos: At-Tawaf (circunvalación alrededor de la K’abah), As-Sa’i (el recorrido entre las lomas de Safa y Marwah), Ar-Rami (tirar las piedrecillas en los tres pilares correspondientes), y la plegaria que se hace (Labbaika la Sharika lak [Respondo a Tu llamado sin asociarte con nada ni nadie oh Al-lah]), son fieles testigos del sometimiento total al Tawhid que el Hayy contiene. Cuando el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, en la peregrinación hizo la Talbiah (la súplica que se hace después de hacer la intención para el Hayy), uno de sus Sahabah dijo: “Luego comenzó con el Tawhid”, refiriéndose a la Talbiah y el significado que ella encierra.
Lo más valioso que posee un musulmán es su ‘Aqidah (creencia), por ello debe aferrarse a ella por más que la gente se aleje y se agarre de principios inválidos, o pretenda “modernizar” el Islam con tal de que los que no son musulmanes estén conformes con nosotros y complacidos. (Con el término “modernizar” el Islam nos referimos a los intentos de introducir en la concepción del musulmán que la religión no tiene nada que ver con su vida, que lo único importante es creer en Al-lah, sin importar si se aplican Sus órdenes, si se hace el bien o no; es decir, tomar la religión como un juego, como un vestido que se pone en algunas ocasiones especiales y ya.)
El Profeta Ibrahim (Abraham), la paz sea con él, fue quien nos dio nuestra identidad, somos la nación del monoteísmo puro, no tenemos otra personalidad; si nos aferramos a ella triunfaremos, pero si cedemos y abandonamos algún principio de nuestra creencia, la decadencia nos acompañará y acabará con nuestra fuerza y civilización. La Shari’ah nos asegura la supervivencia en esta época; por ello, quien conoce y entiende esta religión se dará cuenta de que el Islam es una religión ecuánime y equilibrada.
El Hayy es el rito que nos recuerda el Tawuhid en todo sentido, vemos que personas de todas partes del mundo se reúnen en un mismo lugar, en un mismo tiempo y bajo una misma creencia. El hecho de que hasta el momento esta forma de adoración no deje de ser más que una costumbre para muchos de los musulmanes, que no entienden que es toda una escuela de la que pueden aprender y mejorar sus vidas aquí y en el más allá, es lo que impide que haya una unidad como tal, por más que seamos mayoría y que sea esta la religión de mayor crecimiento en la actualidad.