Queridos hermanos y hermanas, si piensan en los resultados negativos de muchos de nuestros actos, descubrirán que la precipitación y la falta de reflexión son las principales razones por las que perdemos lo que queremos.
Reflexionar significa deliberar, considerar, razonar, analizar, no apresurarse en buscar algo, sino más bien, actuar con un propósito para obtener lo que buscamos, teniendo un proyecto, un plan, un objetivo. Consideremos cómo Al-lah Todopoderoso desaprueba el afán, la prisa. Al-lah Todopoderoso dice: {¡Oh, creyentes! Si una persona que transgrede se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho} [Corán 49:6].
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, elogió a la delegación de Abd Al Qais de la región de Hayar, por su planificación y su tolerancia, como se lo dijo a Ashayy Abd Al Qais: “Ustedes tienen dos características que Al-lah y Su Mensajero aman: la paciencia y la deliberación” (Al Bujari y Muslim).
Aquellos que reflexionan disfrutan del amor de Al-lah Todopoderoso y de los elogios del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Esto se debe a que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le atribuyó la prisa a Satanás. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “La reflexión proviene de Al-lah y la prisa es del demonio. Al-lah es Aquel que perdona más a Sus siervos, y lo que a Al-lah más Le gusta es que Lo alabemos” (Abu Yala, Narradores del Hadiz Sahih).
Fadhalah Bin Ubaid, que Al-lah esté complacido con él, narró: “Una vez, mientras estaba sentado con el Profeta, la paz y las bendiciones de Al lah sean con él, entró un hombre a la mezquita y realizó la oración, e invocó a Al-lah Todopoderoso sin alabarlo y sin pedirle que bendijera al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. El Profeta le dijo: ‘Te has apresurado en tu súplica’”.
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, les enseñó a sus compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, a alabar primero que todo a Al-lah, Glorificado sea, como Él merece, luego a pedirle a Él que envíe Sus bendiciones sobre el Profeta y que le otorgue paz, y luego suplicarle a Él. Entonces, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, escuchó a un hombre orar y alabar a Al-lah Todopoderoso y pedirle que enviara paz y bendiciones sobre el Profeta, así que le dijo: “Invoca a Al-lah y Él responderá tu invocación y te dará lo que Le pides” (An-Nasa’i, Al Albani en As Sahihah).
La paciencia y la reflexión son tan buenas que tranquilizan a una persona y le permiten evitar cualquier daño que pueda afectar a quien se apresura. La paciencia y la reflexión proporcionan paz mental durante la noche y paz interior durante el día. Abu Hátim dijo: “La persona apresurada no puede ser atrapada, mientras que la paciente y reflexiva no puede ser precedida. La persona silenciosa nunca puede arrepentirse, mientras que quien habla nunca está a salvo de cometer errores. La persona apresurada suele hablar antes de estar segura, responder antes de entender y elogiar antes de juzgar”.
Queridos y honorables hermanos y hermanas, ¿cuánto perdería el comerciante si comprara mercancías que desconoce? ¿Cuánto se arrepentirían los cónyuges si se casaran sin una cuidadosa consideración o consulta? ¿Qué tan grande sería el arrepentimiento del esposo si se apresura a divorciar a su esposa sin hablar con ella con cortesía o sin someter el asunto ante dos árbitros sabios? ¿Cuánto se arrepentiría el estudiante si se apresurara durante un examen y no pensara con cuidado sus respuestas? ¿Qué tanto se arrepentiría el amigo al acusar a su amigo sin tener prueba alguna de su acusación? ¿Sería justo el juez si se apresurara con su sentencia?
Grande fue la sabiduría que Al-lah Todopoderoso le otorgó al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Ali, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me envió a Yemen como juez, así que le pregunté: ‘¿Me envías como juez, siendo que aún soy joven y no sé nada sobre juzgar?’. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me respondió: ‘Al-lah guiará tu corazón y corregirá tu lengua (en la verdad). Cuando dos partes se acerquen a ti, no debes emitir juicio hasta que hayas escuchado a cada una de ellas, ya que esto te aclarará el asunto’. Ali dijo: ‘Desde entonces me convertí en buen juez, y nunca tuve dudas respecto a ningún juicio’” (Abu Dawud y Ahmad; Ahmad Shakir: Sahih).
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, desaprobó a quienes se apresuran en sus invocaciones y consideró que la premura es una de las razones que hacen que una invocación no sea aceptada. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “La súplica de cualquiera de ustedes es respondida a menos que se apresure y diga: ‘Invoqué a mi Señor, pero Él no respondió mi invocación’” (Al Bujari y Muslim).
La reflexión es parte del temperamento de una persona segura de sí misma, ya que una persona reflexiva generalmente tiene más probabilidades de evaluar su posición y su estado. Es una persona que tiene confianza en sí misma, es decidida y no vacilante, ya que no acepta el fracaso. Es consciente de lo que pretende hacer y lo analiza bien al estudiar sus implicaciones, y al consultar a otros hasta que decide hacerlo, mientras confía en Al-lah Todopoderoso. Si comete un error, se arrepiente rápidamente sin desesperar de la misericordia de Al-lah Todopoderoso. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “La buena moral, la reflexión y la moderación, forman parte de las veinticuatro partes de la Profecía” (At Tirmidi: Hasan).