Imagínate que existiese un cuaderno de apuntes en el que anotas todas las buenas y malas acciones que haces a diario, durante toda tu vida. Si tuvieses tal cuaderno, ¿qué harías? ¿Tratarías de contar tus buenas acciones y tus pecados? ¿Revisarías tus buenas acciones y te sentirías orgulloso de ellas? ¿Leerías tu lista de pecados y te lamentarías por ellos? ¿Te preguntarías si existe una manera de borrarlos, de hacerlos desaparecer, para que puedas encontrarte con Al-lah, el Todopoderoso, el Día de la Resurrección y recibir tu Libro de Acciones en tu mano derecha?
Si tales pensamientos han cruzado tu mente, debes saber que puedes mantener tu cuaderno de notas limpio haciendo un análisis introspectivo de tus motivaciones y acciones. Las primeras generaciones de musulmanes tenían el hábito de analizarse continuamente y recomendaban y animaban a los demás en esta práctica.
Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “¡Analicen sus acciones antes de que Alguien más las analice (el Día del Juicio) y ponderen sus acciones antes que Alguien más las pondere!, ya que el ajuste de cuentas por venir será más fácil si ustedes mismos ajustan sus cuentas hoy. Prepárense para la mayor exposición de todas, en aquel día serán expuestos y nada permanecerá escondido”.
Al-lah, Alabado y Glorificado sea, elogió a la gente obediente diciendo (lo que se interpreta en español): {Ciertamente aquellos que [además de obrar correctamente] temen a su Señor, creen en Sus signos, no Le atribuyen copartícipes, dan en caridad parte de lo que se les ha concedido, y aún así sienten temor en sus corazones porque saben que comparecerán ante su Señor, son quienes se apresuran en realizar obras de bien, y son los primeros en hacerlas. No exigimos a nadie por encima de sus posibilidades, y [sabed que] tenemos un Libro que dice la verdad [en el que se encuentran registradas todas las obras de Nuestros siervos], y nadie será oprimido.} [Corán 23:57-62]
‘A’ishah, que Al-lah esté complacido con ella, dijo: “Le pregunté al Profeta, , acerca del significado de este versículo diciéndole: ‘¿Se refiere a aquellos que consumen bebidas alcohólicas, cometen adulterio y fornicación y roban?’ El Profeta, sallalahu 'alaihi wa sallam, dijo: ‘No, hija de As-Siddiq [referencia a su padre, Abu Baker]’; de hecho, se refiere a aquellos que ayunan, rezan y gastan en caridad, y aún así temen que Al-lah no acepte sus acciones. Aquellos son los que se apresuran en realizar obras de bien”. [Tirmidhi, Ibn Mayah y Ahmad]
Así mismo eran nuestros Salaf (virtuosos predecesores). Constantemente trataban de acercarse más a Al-lah, el Todopoderoso, realizando obras de bien en una marcha apresurada hacia la complacencia divina, engalanados con virtud y actos de adoración. Eran los primeros en llamarse la atención si se equivocaban, y por sobre todo, temían que Al-lah, alabado sea, no aceptara sus obras.
Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, solía agarrar su propia lengua con sus dedos y decir: “Esta causará mi destrucción”.
En una ocasión, Omar ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, recitó el capítulo At-Tur hasta que llegó al versículo que dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que el castigo de tu Señor [sobre los incrédulos] es inevitable} [Corán 52:7] Luego, empezó a llorar tan desesperadamente que enfermó, y mucha gente fue a visitarlo en su casa.
Cuando ‘Uzman ibn ‘Affan, que Al-lah esté complacido con él, se paraba cerca de una tumba, lloraba profusamente hasta que su barba se humedecía. Luego decía: “Si estuviese en el momento de que se decida si iré al Paraíso o el Infierno, preferiría convertirme en tierra antes de conocer mi destino final”.
‘Ali ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, temía sólo dos cosas: ser de aquellos que siguen a sus pasiones y sentir una falsa esperanza de tener una vida longeva. Él solía decir: “Temo abrigar el deseo de vivir una vida longeva porque hace que uno se olvide de la Otra Vida, y temo seguir mis pasiones porque nos impiden seguir la verdad”.
Recuerda: el tiempo de estas magníficas personas ya pasó y su recompensa está asegurada con Al-lah… Pero… ¿Nosotros qué hemos hecho y estamos haciendo con nuestro tiempo? ¿Somos realmente de aquellos que analizan sus intenciones y acciones, de aquellos que reflexionan sobre ello? No sería muy racional pensar que nuestro cuaderno de apuntes se borrará por sí sólo, sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Entonces, ¿qué vamos a hacer al respecto?