La educación de los niños para enseñarles y acostumbrarlos a la práctica de las diferentes formas de adoración establecidas por el Islam, como el ayuno y la oración, es una de las prioridades ordenadas por la Shari’ah, pero además de esto, es una responsabilidad que Al-lah Ha Encomendado a los padres cumplir. Varias veces hemos mencionado las grandes palabras que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, expresó respecto a la obligación que tenemos de educar a las nuevas generaciones, dijo, según lo que relató Ibn Omar, que Al-lah Esté complacido con él: “Todos vosotros sois pastores y todos vosotros sois responsables por vuestro rebaño. El Imam es responsable por su rebaño. El hombre es pastor en su familia y responsable por su rebaño. La mujer es pastora en la casa de su marido y es responsable por su rebaño. El sirviente es pastor en los bienes de su amo y es responsable por su rebaño”. Y pienso que también dijo: “Y el hombre es pastor de los bienes de su padre y es responsable por su rebaño. Y todos vosotros sois pastores y sois responsables por vuestros rebaños”. [Bujari]
Si los padres cumplieran con el compromiso de la enseñanza y educación de sus hijos desde pequeños veríamos resultados estupendos en las nuevas generaciones. La sabiduría popular bien menciona que la enseñanza en la niñez es como esculpir en una piedra. Los Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, eran las personas más interesadas por cumplir de la mejor forma esta responsabilidad que se les había encomendado, prueba de ello es el Hadiz en el que se relata lo siguiente: “El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, envió (a un hombre) en la mañana de ‘Ashura’ a los pueblos de los Ansar en los alrededores de Medina (con este mensaje): ‘Quien haya comenzado el día ayunando, que complete su ayuno; y quien haya comenzado el día desayunando, que complete el resto del día (ayunando)’. (Los Sahabah dijeron): ‘Entonces, nosotros, después de esto, ayunamos e hicimos que nuestros niños ayunasen, y ayunó quien Al-lah Quiso que lo hiciera. Y fuimos a la mezquita e hicimos unos juguetes de lana para ellos (los pequeños), y cuando alguno lloraba de hambre le dábamos esos juguetes para que se entretuviera hasta que llegara la hora del desayuno’”.
Tal vez uno de los asuntos más importantes de la religión que se deben inculcar a los niños es el ayuno de Ramadán, facilitándoles, por supuesto, el entendimiento del por qué y para qué de esta forma de adoración; para ello, les presentamos a continuación unos cuantos puntos básicos que ayudarán a todo educador para que cumpla con su función de la mejor manera a este respecto:
· Hacer que los niños asimilen que el ayuno es obligatorio gradualmente, por ello se les debe hacer ayunar inicialmente una parte del día; luego, poco a poco, se les va aumentando las horas hasta que ayunen por completo un día. Cuando ya sean capaces de cumplir con un día de ayuno, se puede intercalar los días, es decir, pedirles que lo hagan un día sí y otro no; de esta manera, a medida que van creciendo, y cuando ya hayan llegado a la edad en la que el ayuno se convierte para ellos en una obligación, les será fácil cumplir con este deber.
· Evitar imponerles que ayunen de una vez, utilizando la fuerza, amenazas, intimidación o burlas. La mejor manera de hacerles sentir gusto por el ayuno es animándolos a ello, pero esto solo se logra si ellos ven que sus padres, hermanos y familiares cercanos los apoyan y ayudan en los momentos en los que sienten que ya no pueden continuar más, distrayéndolos, alabando el esfuerzo que han realizado, lo valientes y fuertes que son, etc.
· Evitar dejar al alcance de las manos y la vista de los pequeños las cosas que les gusta comer y que les puede hacer flaquear y romper su ayuno, como dulces, sodas y helados.
· Nunca se debe comparar un niño con los demás, especialmente cuando no son capaces de cumplir con algo. Por el contrario, se les debe ayudar y apoyar para que puedan fortalecerse y lograr realizar lo que se proponen.
· En este proceso de entrenamiento, se puede dejar que los niños duerman hasta tarde en la mañana en los días que no tienen escuela, o en la tarde cuando regresen del colegio.
· Tratar de que no realicen esfuerzos que desgasten su energía, evitando que jueguen futbol, por ejemplo, u otro deporte que implique un desgaste físico que los lleve a romper el ayuno. Pero claro, para hacerlo, hay que darles otro tipo de opciones, otros juegos que no los cansen tanto, como jugar mesuradamente en un parque.
· Antes de hacer que ayunen, debemos asegurarnos que su salud lo permite. En caso de que el niño sufra alguna enfermedad lo mejor es que no ayune, a menos que un especialista nos indique que el ayuno no afectará o empeorará su estado.
· Es muy importante el seguirles una dieta que cubra todas las necesidades que tienen, no se les debe dar comida por satisfacer su hambre. Por ello, a la hora del Suhur (comida en la madrugada antes de iniciar el ayuno) y del Futur (desayuno, romper el ayuno) se debe preparar alimentos saludables. No está demás permitirles que coman dulces en la noche, pero sin exagerar.