Desde Phoenix hasta Seattle, desde Nueva York bajando hasta Houston, los musulmanes de los Estados Unidos acudirán en masa a sus centros islámicos para participar en multitudinarios Iftares, donde los asistentes traen comida para compartir con los demás, y para asistir a la oración del Tarawih.
En los Estados Unidos, al igual que en otros países no musulmanes, la mezquita cumple una función diferente a la que cumple en los países musulmanes. La mezquita es más que un lugar para realizar la oración y el sermón del viernes. El centro islámico es el punto neurálgico de toda la comunidad musulmana. Es un lugar de encuentro para los amigos y el centro mismo de la emoción durante Ramadán. Por eso, muchos prefieren romper el ayuno en la mezquita en lugar de sus hogares.
Los últimos años han sido de gran tensión para los musulmanes en los Estados Unidos, tratando de aclarar las enseñanzas del Islam y definiendo su lugar en una tierra extraña. Este Ramadán, muchos tratarán, sin duda, de llegar a los no musulmanes para hacerles Da’wah (invitación al Islam), tal vez invitándolos a compartir el Iftar o entrando en contacto con los medios de comunicación para tener una cobertura positiva de este mes.
Los musulmanes de los Estados Unidos constituyen un crisol de culturas, al punto que casi cualquier comunidad musulmana, en cualquier ciudad, está conformada por miembros de los cinco continentes. Esto crea un sentimiento verdaderamente islámico y cultural y, por qué no, un Iftar verdaderamente internacional. El Iftar es generalmente mixto e incluye desde platos de la cocina del subcontinente asiático, hasta los guisados norteamericanos; desde la cocina del extremo oriente, hasta cocina árabe.